Cómo preparar una cena romántica

Ideas y recetas para preparar una cena sabrosa, estimulante y ligera con la que sorprender a la pareja por San Valentín
Por Peio Gartzia 9 de febrero de 2016
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Imagen: Melpomene

Preparar una cena romántica es una manera bonita de mostrar los sentimientos hacia la pareja. Pero una cena especial hecha por nosotros mismos requiere una planificación cuidadosa, con cariño. Los detalles son muy importantes, desde la decoración y la ambientación, hasta la vajilla y, por supuesto, el menú. Como recomendación general, la composición del menú debe dar como resultado una cena sabrosa, fresca, ligera, bien presentada y estimulante que convierta la ocasión en el bonito comienzo de una noche inolvidable. A continuación se ofrecen algunos consejos básicos y varias recetas para preparar en una cena romántica, ya sea por San Valentín o en cualquier época del año.

Cómo hacer una cena romántica: los consejos clave

  • Un buen comienzo para preparar la cena romántica es conocer los gustos de la pareja y tenerlos en cuenta. Todo es importante: si tiene alimentos preferidos, intolerancias o alergias, cuáles son las texturas que le agradan más o menos… De esta manera, aunque uno no sea un gran chef, mostrará un interés y se notará que ha preparado la cena con todo su cariño.
  • Se procurará, dentro de las posibilidades, utilizar alimentos de temporada, frescos y de calidad, ya que hay que tener presente que una buena elaboración se puede estropear por la poca calidad de los alimentos.
  • También se tendrá en cuenta que sea una cena de fácil de digestión, que no produzca ni gases, ni pesadez de estómago. Por esta razón, hay que huir de recetas con excesivas salsas y grasas y de postres muy calóricos. De esta manera, se disfrutará también después de la cena.
  • Como sugerencia general, se pueden preparar un par de entrantes en forma de canapés, una ensalada templada o fría o una crema templada con toques originales en una guarnición y servida en boles individuales. Se procurará que el plato principal sea de pescado y marisco o de una carne blanca. Y para el postre, lo conveniente es reservar alguna preparación refrescante, como sorbetes de frutas o preparaciones con crema de yogur, fáciles de digerir.

Entrantes y canapés: frescos y ligeros

Para la cena romántica, se prepararán unos entrantes y canapés ligeros, frescos, que ayuden a comenzar la digestión. Los dos siguientes son un ejemplo. También se puede probar con una crema fría de calabacín con langostinos crujientes.

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    Imagen: CONSUMER EROSKI

    Gazpacho de mandarina con langostinos. Primero se pasan por la batidora 300 gramos de tomate deslavado y cortado en cuartos, un trocito de pimiento verde lavado sin pepitas, una pizca de cebolleta fresca y dos mandarinas peladas y troceadas en gajos. Se cuela esta mezcla y al jugo resultante se le agrega: la miga de un currusco de pan remojada en agua fría, dos cucharadas de aceite de oliva, una cucharadita de vinagre de Jerez y una pizca de sal. Hay que triturarlo todo durante cinco minutos más con la batidora a máxima potencia hasta que quede una crema fina. Si tiene demasiada consistencia, se puede verter un poco de agua fría y triturar de nuevo hasta que adquiera la consistencia deseada. Se pone a punto de sal y se enfría en una jarra dentro de la nevera durante una hora. En el momento de servir, se remueve el conjunto, se añaden unas gotas de aceite de oliva virgen extra y se acompaña con unos trocitos de langostinos pelados y salteados en una sartén con aceite de oliva y una pizca de sal en escamas.

  • Ostras gratinadas. Se pican una cucharadita de cebolleta fresca o chalota, una puntita de diente de ajo y dos hojas de perejil y se incorporan, un poco al gusto, una pizca de sal y pimientas variadas. Se mezcla todo con dos cucharadas de mantequilla a temperatura ambiente y se prepara una mezcla homogénea. Se abren las ostras, se cuela el líquido que tienen en su interior y se mezcla con la mantequilla preparada con anterioridad. Hay que colocar una cucharada de mantequilla verde sobre cada ostra, verter un poco de cava, espolvorear con queso gruyere rallado e introducir en el horno precalentado a 200 ºC y en posición de grill. En cuanto se gratine la superficie, se saca del horno y se sirve de inmediato, acompañando el plato de una copita de cava o de un vino blanco fresquito.

Un plato principal sencillo y sorprendente

Se intentará preparar un plato sencillo, que sea fácil de comer y, a la vez, sorprendente. Un pescado asado es una muy buena opción (si se prefiere carne, mejor que sea una carne blanca). Además de las recetas que se incluyen a continuación, se sugiere probar el salmón con salsa de cava, el lomo de merluza en salsa marinera de almejas y el solomillo de cerdo con salsa de mostaza y ciruelas pasas.

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    Imagen: CONSUMER EROSKI

    Ventresca de atún con salsa teriyaqui. Primero se debe elaborar la salsa teriyaqui mezclando en un cazo un vaso de salsa de soja, un vaso de sake, un vaso de agua y dos cucharadas de azúcar. Se cuece todo a fuego medio durante unos cinco minutos, hasta conseguir una salsa untuosa, brillante, casi como un caramelo líquido, y se reserva templada. A continuación, hay que limpiar la ventresca de atún, quitándole la piel y las espinas. Después, se marina en la salsa teriyaqui durante 15 minutos. Pasado ese tiempo, se escurre de la salsa y se le da un toque de plancha en una sartén antiadherente y muy caliente, solo marcando la superficie de la ventresca por ambos lados, para que quede cruda en su interior. Se corta en tiras y se sirve con la salsa. Para ello, se cuela la salsa teriyaqui, se le da un hervor de un minuto y se sirve la ventresca ligeramente marcada con la salsa teriyaqui y con una ensalada de brotes aliñada con aceite de soja y vinagre de arroz.

  • Pollo en filetitos con salsa de nueces. Se cortan en filetes las pechugas de pollo, se salpimentan y, en una sartén antiadherente, a fuego medio y con un poco de aceite de oliva, se cocinan de manera que queden doradas por fuera y ligeramente cocinadas por dentro. Se sacan las pechugas de la sartén y se reservan en un lugar caliente. En esa misma sartén, a fuego medio, se agregan cuatro cucharadas de vino blanco. Se deja que se caramelicen los jugos y se añaden cuatro cucharadas de queso cremoso y una cucharada de mostaza de calidad. El conjunto debe hervir durante 30 segundos, hasta que la salsa adquiera una textura untuosa. Se vierte un vaso de nata para cocinar y se deja que hierva unos segundos hasta que forme una crema. Se pone a punto de sal, se pasa por el colador chino y se espolvorean los trocitos de nueces peladas desmenuzados, mezclando con la salsa (si se quiere, se puede dar un hervor de 10 segundos para que se mezclen mejor los sabores). Después, se agrega la salsa de nueces sobre las pechugas de pollo y se acompañan con unas tiras de cebolleta fresca aliñada con vinagreta de mostaza y unos trocitos de nueces peladas.

Postres atractivos y sanos

El postre es el broche de oro de la cena. Así que se intentará que sea bonito, apetecible, con texturas y colores atractivos, pero no por ello muy pesado. Los yogures, las frutas y el chocolate son tres ingredientes que pueden ayudar mucho a conseguir estos objetivos. Además de los ejemplos que se dan aquí, se recomienda probar la tartaleta de manzana asada (o tatín de manzana), que se sirve templada y es deliciosa, y la cuajada de chocolate, siempre y cuando los platos anteriores hayan sido ligeros y en porciones no muy abundantes.

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    Imagen: CONSUMER EROSKI

    Smoothie frío de fresa. Se lavan dos boles de fresas, se les quita la parte verde superior, se espolvorean con dos cucharadas de azúcar y se introducen en el congelador durante un par de horas. En el momento de preparar el smoothie, se sacan las fresas del congelador y dos yogures del frigorífico. Se mezcla el yogur natural y el zumo natural de dos naranjas. Se pela un plátano y se colocan en un vaso de batidora junto con las fresas heladas, el yogur y el zumo de naranja muy frío. Se tritura todo hasta conseguir una textura cremosa. Si se prefiere que se noten los trocitos de frutas, no se triturará hasta el final para evitar que se deshaga por completo. Hay que servirlo al momento con unas pajitas y unos trocitos de fresas frescas que decoren.

  • Canutillo de pasta filo relleno de macedonia y yogur. Esta es una receta para aprovechar la fruta y presentarla de una manera original y divertida. Se lava, pela y trocea la fruta (unas fresas, una manzana, un plátano y un kiwi); se mezcla con un yogur natural y se pone al punto de azúcar, de manera que la fruta quede ligada, pero no en exceso, para que no se salga luego del canutillo de pasta filo. Hay que envolver la macedonia y el yogur con la pasta filo, haciendo canutillos, e introducirlos en el horno en modo gratinador para que se tueste la pasta filo. Se sirve con un poco de mermelada de fresa aligerada.
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