Hidratos de carbono y grasas son nutrientes con una importante función energética. Sin embargo, las proteínas son nutrientes básicamente estructurales ya que suministran el material necesario para el crecimiento y reparación de los tejidos y órganos del cuerpo. Para evitar que estas proteínas sean utilizadas como combustible, es importante asegurar cantidades adecuadas de hidratos de carbono y grasas en la dieta del deportista.
El glúcogeno, una importante reserva de energía
Nuestro cuerpo posee diferentes reservas de energía. Éstas son las grasas, localizadas principalmente en el tejido adiposo, y la glucosa, que se almacana en forma de glucógeno en los músculos y el hígado. También es posible obtener energía a partir de las proteínas que se encuentran en los músculos, algo no recomendable puesto que daría lugar a una pérdida muscular.
Si la cantidad de glucógeno es escasa, consecuencia de una dieta pobre en hidratos de carbono, aparece la fatiga y el consiguiente descenso en el rendimiento del deportista. Por tanto, es importante que la cantidad de hidratos de carbono, especialmente complejos (pasta, arroz, patatas, pan, legumbres y cereales) suponga no menos del 55% de las calorías consumidas diariamente.
¿Cuándo se quema la grasa?
Durante la práctica de ejercicio el organismo obtiene energía de los hidratos de carbono o de las grasas, dependiendo del tipo de deporte que se realice y de la intensidad del mismo. Los ejercicios de intensidad baja o moderada que se realizan durante un periodo de tiempo prolongado (aerobic, andar a paso ligero, trotar, el esquí de fondo, nadar, el ciclismo de fondo, bailar …) reciben el nombre de deportes aeróbicos y durante su realización los músculos obtienen energía principalmente a partir de las reservas de grasa. Como consecuencia, además de los efectos positivos que se obtienen sobre el sistema cardiovascular, se contribuye a reducir la grasa corporal, por lo que, junto a una dieta adecuada para perder peso, se pueden obtener resultados muy satisfactorios.
Cuando la actividad física es más intensa la principal fuente de energía para el organismo es la glucosa, obtenida a partir de las reservas de glucógeno presentes en el hígado y músculos. Es lo que se conoce como deporte anaeróbico, cuyo ejemplo más representativo son los ejericios de corta duración y repetitivos que se realizan con las pesas. En este caso son los hidratos de carbono el combustible más importante y no las grasas, por lo que el resultado no es una pérdida de grasa sino la tonificación y desarrollo de la masa muscular. Ésto puede ir acompañado de una ganancia de peso, no porque exista un sobrepeso, sino por el simple hecho de que el músculo pesa más que la grasa.
Si durante la realización de este tipo de ejercicio se agotan los depósitos de glucógeno y se utiliza la glucosa en sangre, los niveles de ésta descenderán por lo que puede llegar a producirse una hipoglucemia. Ésta situación crítica provoca una utilización de grasa como combustible, pero también una utilización de las proteínas. Para evitar esta situación conviene que el deportista lleve a cabo una dieta adecuada según sus necesidades y el tipo de deporte que practique.