Cómo congelar perejil fresco
Antes de congelar el perejil, conviene lavar bien las hojas bajo el chorro de agua fría y sacudirlas para eliminar toda el agua. Conviene secarlas también con un paño para asegurarnos de que no quedan gotas.
Una vez escurrido, os proponemos tres maneras para congelar el perejil fresco. Elegir una u otra forma dependerá del uso que se le quiera dar en la cocina.
- Congelar los ramilletes de perejil frescos y enteros. De este modo, cuando se descongela se desmenuza frotándolo con ambas manos.
- Picar o trocear previamente el perejil fresco y congelarlo ya preparado para añadir a los platos.
- Utilizar una cubitera para conservar las hojitas cubiertas con aceite de oliva.
🟢 Lo que sí debemos tener en cuenta es que el perejil congelado conserva sus propiedades durante 6 meses, después se queda seco e insípido.
Los envoltorios para congelar el perejil
El perejil se puede guardar en el congelador en paquetes individuales con la cantidad justa que se vaya a emplear cada día. Además de la cubitera con aceite, podemos envolverlo en papel de aluminio o en bolsas de congelación.
Es importante colocar una etiqueta al envase que indique la fecha de congelación y el nombre del producto. El perejil congelado se mantiene en buen estado durante medio año, por lo que conviene utilizar antes los paquetes que lleven más tiempo en el congelador.
Recetas populares con perejil
El perejil es una planta originaria de la zona mediterránea y, como señala la Federación Española de la Nutrición (FEN), aporta proteínas, fibra, calcio, hierro, potasio y vitamina A, entre otros nutrientes. Esta planta se emplea en muchos platos para mejorar el sabor de los ingredientes principales. Si se abusa de él, puede incluso ocultar el sabor de algunos ingredientes, por lo que conviene añadirlo con moderación.
Algunas recetas que incluyen perejil en su elaboración son las siguientes: