En época de fiestas y celebraciones, cuando la comida abunda en las mesas, el gran damnificado es, a menudo, el asado. Este queda relegado a segundo plato, ya que los entrantes y entremeses llenan el estómago. Ya sea un ave o el tradicional sobras del asado. Si este ha sido de cordero o de cabrito, es adecuado recalentarlo un poco para que los jugos y la grasa se conviertan de nuevo en líquidos. Se pueden agregar esos jugos al guiso de unas patatas cocidas con verduras, para fortalecer el gusto.
Una buena opción es recocinar las sobras del asado con un guiso de patatas y verduras
Una vez cocidas las patatas, se agregan trozos de la parte más carnosa del cordero asado (de la zona de la pierna), cortados a un tamaño de «bocado». Con los huesos y recortes que sobren, se puede hacer un caldo, que se reservará en el congelador para la próxima vez que se quiera elaborar cordero guisado o asado. De esta manera, en lugar de agregar agua, se puede añadir este caldo.
Otra forma de aprovechar un asado como el de asados de ave tienen más posibilidades ya que, al ser unas carnes de sabor más suave y menos grasas que las anteriores, permiten hacer recetas más variadas. Destacan las croquetas, a las cuales se agregan pequeños trozos desmigados del ave asada. También se pueden rellenar unos pimientos con setas, bechamel y trocitos de ave, utilizar su carne para unos canelones, elaborar unas albóndigas o emplearlos como guarnición cárnica de multitud y variadas ensaladas.