¿Cómo debo congelar el pescado y el marisco?
Comprar el marisco y el pescado con antelación nos permite ahorrar y planificar las comidas sin sobresaltos de última hora. Es buena idea comprarlo ya congelado, porque la congelación industrial es más eficiente que la que realicemos en casa y conserva mejor tanto el valor nutricional como las características organolépticas del alimento. En caso de adquirirlo fresco, debe congelarse lo antes posible.
El pescado crudo debe lavarse bien y eviscerarse. En cuanto al marisco, los bivalvos, como los mejillones o las almejas, se deben lavar bien y congelar crudos; los crustáceos pequeños, como las gambas, se pueden congelar crudos o cocidos, y los más grandes, como los centollos, aguantan mejor cocidos.
Se debe evitar el contacto directo con el aire del congelador, para lo que se puede envasar en una fiambrera, bolsa de congelar, papel film o aluminio (excepto para pescados con ácidos como el jugo de limón).
La descongelación lenta mantiene mejor sus cualidades, por lo que lo ideal es cambiarlos al frigorífico uno o dos días antes de consumirlos (según tamaño).
¿Todos los platos se pueden preparar con antelación?
Cocinar los platos con antelación es una buena idea para organizarnos mejor en los días señalados, pero esta práctica puede incrementar el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria si no se hace de modo correcto.
⭐ Al momento
Los alimentos de origen animal sin cocinar, como platos con huevo crudo (mayonesas o cremas), tartares o ceviches, incluidos los marinados, son muy perecederos y deben prepararse en el momento. Lo mismo sucede con algunos platos cocinados como las carnes loncheadas y picadas, la pasta y el arroz.
⭐ Directos a la nevera o el congelador
Si elaboramos otros platos con antelación hay que meterlos en la nevera tan rápido como sea posible (no deben pasar más de dos horas a temperatura ambiente). Una forma sencilla de bajar la temperatura antes de meterlos en el frigorífico o el congelador es dividirlos en porciones pequeñas y colocarlos en recipientes de acero inoxidable con gran superficie y poca altura, removiéndolos de vez en cuando. Refrigerados se conservarán de dos a tres días y congelados, entre dos y tres meses.
⭐ Estos no congelan bien
Hay que tener en cuenta que hay alimentos que no congelan bien, como patatas, salsas y aliños, platos fritos o guisos y productos muy grasos, como el foie. Si son preparaciones que se consumen calientes, debemos asegurarnos de calentarlos antes de servir hasta que alcancen al menos 65 ºC en el centro del producto.
¿Hay alternativas saludables al paté?
Para los aperitivos navideños existen opciones más saludables que el paté, como los untables vegetales. Hablamos de cremas de legumbres (humus), baba ganoush o mutabal (similar, pero con base de berenjena), muharama (de pimiento), paté de champiñones, olivada o tapenada (pasta a base de aceitunas) o cremas de frutos secos.
¿Cómo elegir un buen caldo?
Los caldos líquidos son más recomendables que los caldos en pastillas. Para encontrar el que más se parezca al casero, hay que fijarse en la lista de ingredientes y escoger aquel que lleve materias primas que se usarían en casa, como carne, vegetales o aceite de oliva virgen. Hay que evitar los que incluyan almidones, féculas, aromas o azúcares. Lo idóneo es que el contenido en sal sea, como máximo, de unos 0,7- 0,8 g por 100 ml.
Algunos pueden llevar sustancias que produzcan reacciones adversas a personas alérgicas o sensibles, como gluten, soja, lactosa o apio: los alérgenos aparecen resaltados en la lista de ingredientes. En cuanto al sabor, es una cuestión de preferencias y del uso que se quiera dar.
¿El marisco aumenta el ácido úrico?
El ácido úrico se produce a partir de las purinas, compuestos que se encuentran en los ácidos nucleicos que forman el material genético de algunos alimentos. La mayor parte de ellas se transforman en ácido úrico y se excretan con la orina. Si el metabolismo no es suficientemente eficaz, el ácido úrico se acumula en las articulaciones y produce la artritis inflamatoria, que conocemos como gota. Es el único tipo de artritis que puede controlarse significativamente con la dieta y el estilo de vida.
Algunos factores que incrementan el riesgo son la obesidad abdominal, la hipertensión, la diabetes o las afecciones renales. Además, el consumo de algunos medicamentos, alcohol y alimentos ricos en purinas incrementa el riesgo: el marisco, así como otros productos de origen animal (carnes, pescados, vísceras) se consideran altos en purinas, mientras que la fruta, frutos secos, cereales, leche, queso, huevos y la mayor parte de las verduras tienen un contenido bajo.
¿Tiene mucha grasa la carne de cordero?
Imagen: Getty Images
El cordero es de las carnes que más grasas concentra, aunque depende de la edad del animal: a menos años, menor porcentaje de lípidos. Su contenido medio oscila entre el 21 % de grasa del costillar (el de ternera tiene un 6,6 %) y un 12 % en la pierna, de las que aproximadamente la mitad son grasas saturadas, es decir, de las que se recomienda limitar.
Para evitar enriquecer más la carne, se puede optar por un asado en lugar de otras preparaciones, como el guisado o la fritura.
¿Alguna idea para incorporar verduras al menú de Navidad?
Los vegetales se pueden incorporar en aperitivos y entrantes como crudités, verduras asadas, puerros, cremas (calabacín, calabaza, setas); como guarnición, en forma de ensaladas y salteados; y, por qué no, cambiando el tradicional plato principal de carne por preparaciones de verduras: ensaladas tibias con legumbres, berenjenas rellenas, coliflor con bechamel, cardo o lombarda, por ejemplo.