La formación y experiencia laboral de Conxa Castell es amplia. Se centra en la salud pública en su forma más genérica, en la que se inscriben estrategias en alimentación y en actividad física para reducir el incremento de la prevalencia de obesidad, entre otros objetivos. Para Castell, doctora en Medicina y Cirugía y especialista en Endocrinología y en Salud Pública, en la lucha para conseguir estilos de vida más saludables, la “educación sanitaria es imprescindible para que los consumidores puedan hacer elecciones informadas”. Castell también ha participado en las encuestas de hábitos nutricionales y en las sucesivas ediciones de la Encuesta de Salud y el Examen de Salud de Cataluña sobre factores de riesgo cardiovascular, obesidad y estilos de vida. Las líneas de trabajo en las que se centra son actividades dirigidas sobre todo a la “prevención primaria de la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo“, según la experta, consideradas “los principales factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, respiratorias y la diabetes“.
En el caso de los impuestos del tabaco, diversas encuestas señalan que más de la mitad de la población encuentra adecuado un aumento de los impuestos especiales para disminuir los devastadores efectos de ese producto en la salud pública. Sin embargo, no hay una opinión clara de la sociedad en relación a tasar otros productos como las grasas saturadas o las bebidas azucaradas. La educación sanitaria es imprescindible para que los consumidores puedan hacer elecciones informadas, pero también son necesarias algunas regulaciones para intentar que haya un equilibro en los elementos que entran en juego para decidir las mejores opciones.
“En España se han puesto en marcha algunas regulaciones para limitar la venta de bebidas azucaradas en las escuelas”
A principios de este año, Francia introdujo un impuesto para bebidas azucaradas. Otros países se plantean estas medidas y en España ya se han puesto en marcha algunas regulaciones para limitar la venta de estos productos en las escuelas. En nuestro país, no hay estudios disponibles que analicen qué ocurriría con las bebidas azucaradas o los productos industriales ricos en grasas trans, pero es fácil suponer que un aumento de su precio y una regulación de su venta a menores disminuiría el consumo y los efectos en la salud en las futuras generaciones. Por otra parte, estimularía a los sectores industriales para que elaborasen productos con un perfil más saludable.
En 2006, el Departamento de Salud elaboró el Plan integral para la Promoción de la salud mediante la Actividad física y la Alimentación Saludables, también conocido por el acrónimo PAAS, en respuesta al incremento observado en la prevalencia de los casos de obesidad, de acuerdo con la estrategia mundial de la OMS y de la NAOS. El PAAS, que se mantiene como estrategia prioritaria en la Agencia de Salud Pública, incluye acciones propias y otras a las que se ha dado asesoramiento técnico o apoyo institucional. Algunas de las acciones se llevan a cabo desde ayuntamientos y consejos comarcales, instituciones sanitarias o educativas, gremios, fundaciones y empresas privadas, etc.
Plan para la Promoción de Actividad física y Alimentación saludables.
Acciones de promoción de la salud mediante la actividad física y la alimentación saludables en cuatro ámbitos: educativo, sanitario, comunitario y laboral. En estos ámbitos, y en colaboración con los diversos actores implicados, los objetivos son sensibilizar a la población para que perciba como asumibles opciones que promuevan la salud mediante la práctica regular de la actividad física y de una alimentación saludable; desarrollar acciones informativas y educativas, así como intervenciones sobre el entorno centradas en la problemática de determinados estilos de vida y promover acuerdos y compromisos en los diferentes ámbitos para potenciar estrategias de cooperación, con la finalidad de ser más eficientes en la utilización de recursos.
Entre una serie de más de 60 actividades, destacaría algunos proyectos esenciales, como la revisión gratuita de las programaciones de menús escolares, los talleres de alimentación saludable en las escuelas, la elaboración de recomendaciones saludables para grupos específicos (preescolares, escolares, gente mayor), las actividades de promoción de hábitos saludables en el entorno laboral (promoción del uso de las escaleras), el Plan de promoción de actividad física y deporte saludables (PAFES) desde la Atención Primaria de Salud, la formación de profesionales sanitarios (cursos y talleres específicos), el proyecto AMED de restaurantes promotores de alimentación mediterránea, las recomendaciones sobre las máquinas expendedoras de alimentos y bebidas en el ámbito escolar, laboral y espacios deportivos.
“La pérdida de un 5% a un 10% del peso corporal en personas obesas mejora el control de factores de riesgo cardiovascular”
Existen múltiples evidencias científicas que indican que los estilos de vida saludables se asocian a mejoras en los problemas de salud. En el caso de la obesidad, aunque a largo plazo los resultados no son satisfactorios, la pérdida de un 5% a un 10% de peso corporal mejora el control de los factores de riesgo cardiovascular asociados y previene la diabetes tipo 2.
Promover la adopción de estilos de vida saludables no es fácil. Precisa la implicación de las personas o grupos de población para transformar el conocimiento y el aprendizaje en un hábito integrado en la cotidianidad. Conseguirlo es lento y difícil -en mayor proporción en personas adultas que en niños-, pero en definitiva, es lo que permite mantener en el tiempo estos hábitos sin que suponga un esfuerzo perceptible para quienes lo realizan. Por ello, los programas de salud comunitarios, por el impacto y cobertura de las intervenciones, son las herramientas que facilitan las mejoras en la salud de la población. Por otro lado, hay que considerar que las conductas de las personas no solo son fruto de la decisión individual, sino que están condicionadas de manera importante por razones sociales, culturales y económicas.
Sobre todo, a través de un proceso de formación de los distintos profesionales que participan según el ámbito que se considere y con el soporte de diversos materiales. También a través de campañas y actividades de sensibilización y divulgación.
“El gran aumento de los casos de diabetes se asocia al problema de la obesidad y a la pérdida de estilos de vida tradicionales”
La diabetes está considerada por la OMS como una de las epidemias del siglo XXI. Se estima que, de seguir la tendencia actual, en el año 2030 habrá más de 300 millones de personas en el mundo con diabetes. Este gran aumento, tanto en países desarrollados como en países en desarrollo, se asocia al problema de la obesidad, a la pérdida de estilos de vida tradicionales y a la adquisición de hábitos más occidentalizados y menos saludables.
En el caso de la diabetes mellitus tipo 2, el tipo más frecuente entre las personas afectadas por esta dolencia, se ha demostrado que se puede prevenir mediante la modificación de estilos de vida, es decir, con la adopción de hábitos más saludables.