Nutri-Score, ¿las críticas tienen fundamento?

Del aceite de oliva y los refrescos al jamón y las sardinas en conserva: el etiquetado nutricional Nutri-Score no está libre de bulos y medias verdades, que despejamos en este artículo
Por EROSKI Consumer 2 de marzo de 2021
Nutri socre supermercado
Imagen: Pixabay

En un contexto en el que se estudia implantar una etiqueta nutricional única para todos los países de la Unión Europea, no dejan de aparecer bulos y mentiras que afectan a Nutri-Score. Aunque hay distribuidores como EROSKI que apuestan por su implantación, parte de la industria alimentaria tiene sus reservas en torno a estos sistemas de etiquetado. Por eso, en los últimos meses, han circulado en las webs y redes sociales numerosas informaciones falsas que intentan desacreditar este logotipo. En el siguiente artículo respondemos a las críticas más extendidas sobre este etiquetado.

Saber elegir lo que comemos, controlar la cantidad, fomentar la variedad de frutas y verduras y restringir al máximo los alimentos ultraprocesados constituye una parte fundamental en el cuidado de la salud. Por este motivo, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), o nacionales como EROSKI, han promovido sistemas de etiquetado frontal. Nutri-Score no solo aporta ventajas a los ciudadanos, a quienes ayuda a llenar el carro de la compra de manera saludable, sino también a los fabricantes, animándoles a mejorar la calidad de sus productos. Sin embargo, en los últimos meses, no son pocos los bulos y medias verdades que afectan a este sistema. Los desmenuzamos a continuación.

La posición (y exclusión) del aceite de oliva

Img aceite orujo oliva preguntas hd

Imagen: Pixabay

  • Polémica. Una de las controversias más extendidas se ha centrado en las imágenes en las que aparecen el aceite de oliva con la letra D y la Coca-Cola Zero en la letra B, como explicamos en este artículo. Con esta crítica se intenta desvirtuar Nutri-Score defendiendo que su valoración favorece a un refresco edulcorado frente a un producto de indiscutible alta calidad nutricional, como el aceite de oliva.
  • Respuesta. Nutri-Score es una herramienta para comparar, pero dentro de un contexto donde los alimentos pertenezcan al mismo momento de consumo (nadie aliña una ensalada con un refresco), a la misma cantidad (no aliñamos la ensalada con 100 ml de aceite), al mismo tipo de producto (como cereales de desayuno o galletas) o un mismo artículo entre marcas.

Aparte de este aspecto, recientemente se ha conocido la noticia de que el aceite de oliva quedará excluido del sistema Nutri-Score. Según informó a comienzos de febrero el Ministerio de Consumo, este producto quedará fuera del nuevo etiquetado para evitar que el algoritmo castigue a un alimento básico de la dieta mediterránea. También hay que recordar que el hecho de que un alimento sea clasificado con la letra D o E no significa que no deba consumirse; en una alimentación equilibrada, un consumidor más informado sabrá si desea elegir una alternativa de mejor calidad nutricional o si decantarse por un alimento D o E, ya que tendrá en cuenta que conviene tomarlo en cantidades más pequeñas y con menos frecuencia.

La letra del jamón serrano

Jamon serrano

Imagen: Pixabay

  • Polémica. Alimentos bien percibidos como los envasados de jamón serrano loncheado pueden aparecer en categoría E.
  • Respuesta. Existen grandes diferencias de calidad nutricional en función de la marca y de la preparación del producto; es decir, según su contenido en grasas saturadas y sal. Así, el jamón serrano envasado puede aparecer bajo diferentes letras y colores: C, D o E.

El bulo de los frescos

Verduras

Imagen: Pixabay

  • Polémica. Muchos comentarios se han basado en el fundamento de Nutri-Score como sistema pensado para productos envasados, no frescos. Los críticos argumentan que este etiquetado podría inducir a que el consumidor no se decantase por frutas y verduras no envasadas, alimentos básicos en una dieta saludable.
  • Respuesta. Un estudio elaborado por investigadores franceses sobre comportamiento del usuario de Nutri-Score, tanto en supermercados online como en las tiendas convencionales, indica que los consumidores que emplean este logotipo como guía hacen una compra con protagonismo destacado de frutas y verduras, y con escasa presencia de productos clasificados en D o E.

El caso de las sardinas

Sardinas

Imagen: Pixabay

  • Polémica. Un alimento saludable como las sardinas en conserva aparece calificado como D.
  • Respuesta. El ejemplo de las sardinas está siendo muy utilizado para cuestionar la utilidad de Nutri-Score. Es falso que las latas de este producto estén de forma sistemática clasificadas en la letra D. En función de la composición nutricional, las sardinas pueden aparecer con letra A, B, C o D, ya que algunos fabricantes usan, durante el proceso de envasado de sus conservas, aditivos que pueden afectar a la clasificación nutricional.

Patatas congeladas para freír

Patatas congeladas fritas

Imagen: Alamy

  • Polémica. Un producto tan perjudicial como las patatas fritas aparece en A.
  • Respuesta. Las reflexiones sobre las patatas aluden a su relación con la comida basura y no atienden al verdadero papel de Nutri-Score. Los etiquetados frontales son una traducción de los alimentos tal y como son vendidos. Para las patatas crudas congeladas, clasificadas en A, el modo de preparación recomendado es la cocción en una olla a presión. Según los ácidos grasos de los aceites empleados si las freímos, pueden pasar a B o a C. El añadido de la sal posterior también puede afectar la clasificación, pero es algo que no puede preverse en el momento de la compra.

Productos con privilegios

Queso

Imagen: Pixabay

  • Polémica. Francia cambió el algoritmo para que los quesos franceses puntuasen mejor.
  • Respuesta. En un principio, todos los quesos franceses eran calificados en E, sin distinción entre frescos, curados o poco salados. La Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria consideró que debía hacerse una serie de modificaciones mínimas para que el algoritmo tuviese en cuenta el contenido en proteínas. Con la variación, la mayoría de los quesos se clasifican en D; los frescos poco salados, en C; y los quesos curados salados, en E.
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