Desde los días previos a la Navidad se concentran multitud de acontecimientos que se celebran en torno a una mesa; cenas de trabajo, comidas familiares y con los amigos o incluso planes improvisados. Son tantas las celebraciones que se llevan a cabo en estas fechas que nuestro organismo, y sobre todo nuestro hígado, puede llegar a causarnos molestias si no se cuida de forma adecuada.
Grasas y alcohol: La moderación es sin duda la mejor receta
El hígado es un órgano que desempeña funciones muy importantes en el cuerpo. Algunas de ellas son la producción o síntesis de proteínas, la depuración de sustancias tóxicas y la fabricación de bilis. La bilis es un líquido segregado por el hígado que se almacena en la vesícula biliar y que es necesario para digerir y absorber las grasas.
El hígado desempeña funciones muy importantes en el organismo, y cuando se abusa de las grasas y el alcohol, aunque sea de manera esporádica, se le somete a un sobreesfuerzo que hay que tratar de evitar, o al menos, compensar
En las comidas navideñas se tiende a incluir platos diferentes a lo habitual que en muchas ocasiones presentan elevadas cantidades de grasa: cordero asado, solomillo con foie, vieiras gratinadas con mantequilla, salsas con nata o mayonesa o queso, etc. Además se suele picar a cualquier hora turrones, mazapanes, polvorones y demás productos tradicionales de la navidad, todos ellos ricos en calorías, grasas y azúcares. Esto se traduce en un sobreesfuerzo para el hígado que suele manifestarse mediante síntomas digestivos como ardor o pirosis, pesadez de estómago o dispepsia, incluso con dolores de cabeza, etc.
El alcohol, junto con el exceso de grasas, es otro de los principales agresores del hígado. Es cierto que a las comidas navideñas suele preceder el tradicional vermout y durante el banquete no suele faltar vino en ninguna mesa, sea del tipo que sea. Los sorbetes o el champán son elementos muy habituales para cerrar una comida y con los turrones y la sobremesa comienzan a aparecer las copas.
Una comida aislada de estas características no va a tener graves consecuencias pero sí cuando esto se repite con mucha frecuencia y en cantidades excesivas. Reducir las cantidades o incluso rebajar las bebidas alcohólicas con otras que no contengan alcohol son algunos consejos que se pueden llevar a cabo durante estas navidades.
Recomendaciones muy útiles
Citar algunos consejos que puedan mantener el hígado en buenas condiciones durante estas navidades nunca está de más.
– No olvidarse de los vegetales en estas fechas: Verduritas de guarnición, frutas en el postre o incluso platos de legumbre que van a aportar sustancias antioxidantes muy beneficiosas para la salud, además de fibra, que favorece el tránsito intestinal y la eliminación de sustancias de deshecho junto con las heces.
– Introducir alimentos que ayudan a mejorar la función hepática por su contenido de principios amargos como la achicoria, la alcachofa o la endibia.
– Moderar las cantidades de carnes, pescados y huevos. Si el menú ofrece dos segundos platos, carne y pescado, conviene elegir sólo uno de ellos, ya que los huevos también forman parte de muchos entrantes y un exceso de proteínas también afecta negativamente al hígado. Otra opción sería moderar la cantidad de consumo de estos alimentos.
– Limitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas o rebajarlas con zumos, gaseosa o refrescos light.
– Preferir preparaciones caseras, ya que de este modo se va a saber siempre los ingredientes empleados y sus cantidades.
– Incluir caldos de verduras o de carne desgrasados como entrantes que además de depurar el organismo entonan el cuerpo frente a las inclemencias del tiempo.
– Ingerir entre 6 y 8 vasos de agua diarios, o bien durante las comidas o fuera de ellas, que ayudarán a eliminar toxinas.