La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha presentado los resultados de la primera encuesta nacional de ingesta dietética española. Aunque puede resultar sorprendente, ésta es la primera encuesta que recoge datos de consumo individual, realizada en España y representativa de toda la población del país. Hasta ahora, la información disponible provenía de modelos basados en la evaluación de la cesta de la compra y la comercialización de alimentos, de manera que los datos disponibles no eran muy precisos. Cuáles son los hábitos alimentarios de la población española, qué alimentos ingiere y cuáles son los más consumidos son cuestiones que han encontrado respuesta al analizar los resultados de este estudio.
Los hábitos de la población española
La encuesta, realizada a 3.000 personas de 18 a 64 años, se planteó con el objetivo de determinar cuáles son los patrones de ingesta dietética en la población española, según distintos grupos de edad y género. A partir de estos datos, se puede obtener información tan interesante como la relativa a la ingesta de energía (calorías), macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales), lo cual contribuirá a la evaluación del estado nutricional de los ciudadanos. Además, las respuestas derivadas de la encuesta también pueden utilizarse para estudiar otros muchos factores, como la ingesta de contaminantes y aditivos o el grado de adherencia de la población española a la dieta mediterránea.
Entre los aspectos que analiza la encuesta se valoran los hábitos de vida, donde se engloban varias cuestiones referentes a hábitos alimentarios y de práctica de actividad física. Una de las constataciones derivadas del estudio hace referencia a la vertiente social y gastronómica de las comidas. A los ciudadanos les gusta salir a comer fuera de casa. La mitad de los encuestados come en establecimientos de restauración de 2 a 8 veces al mes y solo el 6,5% de los consultados manifestaron no haber realizado ninguna comida fuera del hogar en el último año.
La mala noticia es que practicar actividad física no apetece tanto como salir a comer. Éste es, sin duda, un dato preocupante: el 46% de los encuestados afirma no realizar ningún tipo de actividad deportiva y camina menos de 30 minutos al día. Una cifra bastante superior refleja el número de personas que dicen haber realizado algún tipo de dieta en fechas recientes: el 22,2% de las mujeres y el 17,5% de los hombres. Un porcentaje parecido consume o ha consumido complementos nutricionales (17,6%).
¿Qué alimentos come la población española?
La encuesta ha evidenciado un dato que se intuía y que no por ello deja de ser relevante: no predomina la dieta mediterránea, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pese a los esfuerzos que se hacen para potenciarla. En atención a esta deficiencia, el dato más destacado en relación a la ingesta de alimentos es el referente al consumo de hortalizas y frutas: menos de la mitad de la población encuestada consume este grupo de alimentos a diario, y la cantidad media de fruta que se ingiere es de 200 g al día, una cifra considerablemente inferior a las tres raciones diarias recomendadas. Según la Asociación «5 al día», una ración de frutas equivale a 140-150 g en crudo y limpio, por lo que la cantidad diaria que se debe consumir sería de 420-450 gramos. También se constata un consumo insuficiente de otro de los grupos de alimentos de origen vegetal considerados básico dentro del patrón de una dieta equilibrada, el de los denominados farináceos. Pan, patatas, pasta, arroz y otros cereales se consumen por debajo de las 4-6 raciones recomendadas. Los encuestados reflejan una ingesta de 3,3 raciones/día.
Se consumen 164 g diarios de productos cárnicos, frente a los 40-70 gramos/día recomendados
Por el contrario, se detecta un exceso en la ingesta de productos cárnicos, que asciende a 164 g diarios. Cabe recordar que la recomendación de consumo de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria se sitúa en torno a 40-70 gramos/día (3-4 raciones a la semana, si se considera que una ración equivale a 100-125 gramos).
Pero no todo son malas noticias. La encuesta refleja el consumo adecuado de algunos grupos de alimentos. Es el caso del pescado, con 3,8 raciones/semana (las indicaciones de consumo se sitúan entre 3 y 4) y de las legumbres, que se ingieren de media casi 2 veces por semana. Este perfil de consumo de alimentos tiene una traducción nutricional: la ingesta de unas 2.482 Kcal por persona y día, que provienen de un consumo excesivo de proteínas y grasas y deficitario en hidratos de carbono.
Qué hacer para comer mejor
El trabajo ha puesto de manifiesto datos relativos al consumo de alimentos y de nutrientes que reflejan cómo los españoles se alejan de las recomendaciones de los expertos. Tras el análisis de los resultados derivados del estudio, los autores citan una serie de recomendaciones dirigidas a mejorar la ingesta alimentaria de la población. Para hacer de la dieta una herramienta de promoción de la salud y prevención de enfermedades se necesitan pocos cambios, pero muy necesarios.
¿Qué hacer para comer mejor?
- Aumentar el consumo de cereales, con preferencia por los integrales.
- Más frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos y aceite de oliva.
- Moderar el consumo de carnes grasas y de embutidos.
- Moderar el consumo de azúcares y de bollería.
- Mantener una adecuada hidratación, sobre todo, a partir de agua.
- Practicar a diario ejercicio físico moderado.
Todo esto se traduce en un acercamiento hacia el modelo alimentario de la dieta mediterránea.
Se pueden utilizar hojas de balance alimentario, encuestas de presupuestos familiares y encuestas individuales
Hay diferentes métodos para la evaluación de la ingesta alimentaria de una población. Con el fin de estimar el consumo de alimentos, se pueden utilizar: hojas de balance alimentario (evalúan la cantidad de alimentos disponibles para el consumo interno de un país), encuestas de presupuestos familiares (obtienen datos del consumo familiar e individual) y encuestas individuales (recogen datos a partir de encuestas realizadas a los individuos).
Las hojas de balance de alimentos recogen la producción nacional, las exportaciones e importaciones, el almacenamiento de alimentos y la utilización agrícola e industrial. Por ello, los datos que se extraen de esas encuestas reflejan solo cuál es la disponibilidad nacional de alimentos. A partir del número de habitantes del país, se puede estimar cuál es la disponibilidad per cápita, aunque estos datos sobrestiman el consumo real de la población. Su utilidad se centra en la evaluación de las tendencias que siguen el consumo de determinados grupos de alimentos.
Para la elaboración de las hojas de balances, desde 1949 la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recoge información de 210 países y territorios, 300 materias primas agrícolas, ganaderas y de pesca y 380 productos procesados.
Las encuestas de presupuestos familiares recogen información sobre el gasto en alimentación de las familias, lo que permite obtener datos más detallados sobre los patrones de consumo de alimentos (y nutrientes), así como seleccionarlos según nivel socioeconómico, lugar de residencia, tamaño familiar, etc. No obstante, la mayoría de este tipo de encuestas solo contabilizan los gastos en comidas realizadas en el hogar y no lo que realmente se consume en él o lo gastado en restaurantes, por lo que tampoco refleja con exactitud la ingesta real.
Por último, las encuestas individuales facilitan información relativa al consumo medio de alimentos y nutrientes y su distribución en grupos de individuos bien definidos. Estos datos reflejan de forma más fiel y precisa el consumo real. Para recoger datos individuales de ingesta de alimentos se pueden utilizar los métodos de registro (recogen información relativa al consumo actual de alimentos durante uno o más días) o los de recordatorio (reflejan el consumo pasado y pueden variar desde el consumo durante el día anterior a la ingesta habitual de alimentos).