Muchos de los batidos que se venden en los establecimientos de comida rápida del Reino Unido son cócteles de aditivos químicos, en su mayoría desarrollados por expertos para emular el gusto y el olor de los ingredientes naturales que reemplazan. Lo dice un libro recientemente publicado en ese país bajo el título de «Chew on this» (Mastica esto).
Eric Schlosser, autor del libro, asegura que la tendencia a sustituir los productos naturales por aditivos es más pronunciada aún en los alimentos destinados a los menores. Según Schlosser, las empresas tratan de sustituir la acidez natural de muchas frutas u hortalizas por sabores dulces atractivos para paladares, como los de los niños, no desarrollados suficientemente.
Por ejemplo, el típico batido de fresa tiene, según el libro, 13 ingredientes primarios: grasa láctea, azúcar, suero dulce, jarabe de maíz alto en fructosa, goma guar, mono y diglicéridos, goma de celulosa, fosfato de sodio, ácido cítrico, carragenato, E-129 y un sabor a fresa.
El «sabor a fresa artificial» consta, a su vez, de 47 ingredientes tan poco nutritivos como acetato, butirato y valerato de amilo, butirato, nitrato o valerato de etilo, butirato de isobutilo, benzoato de metilo o alcohol de fenetilo.
Nigel Denby, nutricionista de la Asociación Dietética Británica, afirma que si esos batidos se consumieran diariamente, habría riesgos para la salud. «La fruta fresca es mucho más sana porque contiene fibra, antioxidantes, vitaminas, minerales y mucho menos azúcar agregado», señala Denby.