Diabetes gestacional: ¿es necesario suprimir los carbohidratos?

La recomendación de restringir el consumo de carbohidratos complejos cuando la embarazada padece diabetes gestacional no se basa en evidencias científicas sólidas, según un estudio reciente
Por Julio Basulto 14 de agosto de 2013
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Imagen: halfpoint

¿Adiós al pan, la fruta, las patatas, la pasta y los cereales? Cuando una mujer embarazada es diagnosticada de diabetes gestacional, el primer consejo que suele recibir es que debe limitar su ingesta de carbohidratos. Pero, ¿es lo más recomendable para manejar dicha dolencia? Según la revisión científica más reciente, proponer a las mujeres con diabetes gestacional que restrinjan los carbohidratos complejos no se basa en evidencias científicas sólidas. El presente texto explica qué es la diabetes gestacional y cuál es el papel de los carbohidratos en esta dolencia, recopila los resultados del estudio más riguroso hasta la fecha y plantea varias recomendaciones dietéticas para las embarazadas que la padecen.

Qué es la diabetes gestacional

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Imagen: CONSUMER EROSKI

La diabetes gestacional se define como una intolerancia a la glucosa o una elevación de la glucosa en sangre (hiperglucemia) que se detecta al inicio del embarazo. En cuanto aparece un diagnóstico de esta dolencia, el primer consejo que suele recibir la mujer es que debe restringir su ingesta de alimentos con carbohidratos, tanto si son simples (azúcar, bebidas azucaradas, bollería, etc.) como «complejos» (pan, fruta, cereales integrales, legumbres, etc.).

Es posible que esta recomendación genérica se deba a la falta de dietistas-nutricionistas en las instituciones sanitarias, tal y como lo detalla el ‘Libro Blanco de la Nutrición en España‘. En cualquier caso, es importante tener en cuenta que entre un 1% y un 14% de las mujeres embarazadas padecerá diabetes gestacional y que es probable que la cifra aumente en los próximos años a causa del incremento en las cifras de obesidad infantil.

Carbohidratos y diabetes gestacional: resultados del estudio

Los carbohidratos complejos, según relata el análisis más reciente relacionado con la dieta en la diabetes gestacional, son una importante fuente de energía, vitaminas y fibra, aunque también afectan más que otros nutrientes a los valores de glucosa en sangre (sobre todo los azúcares simples), razón por la cual cabe preguntarse si tiene sentido limitar su ingesta a las gestantes con diabetes. Ante esta dicotomía, el mencionado análisis, elaborado por la Colaboración Cochrane, ha realizado una evaluación rigurosa y sistemática de las diferentes intervenciones dietéticas pautadas en la diabetes gestacional.

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Los autores de la investigación compararon distintas intervenciones posibles: dietas con diferente índice glucémico, con más fibra dietética, con menos calorías, con más grasa monoinsaturada (la característica del aceite de oliva, pero también presente en otros aceites o alimentos) y, desde luego, dietas con diferentes contenidos en carbohidratos. Su conclusión ha sido impactante: ninguna dieta es más arriesgada o más beneficiosa para la salud infantil o materna.

No obstante, el estudio hace una alusión a un resultado sorprendente: las mujeres que tomaron muchas grasas monoinsaturadas ganaron más peso (y lo hicieron de forma significativa desde el punto de vista estadístico) que las que siguieron una dieta rica en carbohidratos; es decir, de las que obtuvieron más del 50% de la energía a partir de estos nutrientes. De hecho, la ganancia de peso se mantuvo hasta nueve meses después del parto. Aun así, los autores de la revisión apuntan que este resultado no puede extrapolarse a toda la población, debido a que los estudios en los que se basa esta observación son pequeños o no fueron diseñados de forma específica para valorar cambios en el peso de la madre.

Recomendaciones dietéticas para la diabetes gestacional

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Así, si no tiene sentido restringir los carbohidratos complejos o hacer malabares con el «índice glucémico», sí lo tiene recomendar a una mujer con diabetes gestacional que siga una dieta saludable. En el caso de que ni la dieta ni un cambio en el estilo de vida de la madre consigan mejorar el control de la glucosa en sangre, el médico debe valorar la posibilidad de iniciar un tratamiento farmacológico.

Debido a que esta patología se asocia con una larga lista de riesgos tanto para la madre (preeclampsia, cesárea, heridas perineales y, sobre todo, diabetes tipo 2) como para el bebé (peso superior al normal, roturas óseas e incluso problemas cardíacos), la prevención debe ser la primera cuestión que deben tener en cuenta los profesionales sanitarios, pero también cualquier mujer que desee quedarse embarazada en un futuro próximo. Los principales factores de riesgo modificables son los siguientes:

  • Exceso de peso antes del embarazo. Tanto el sobrepeso (Índice de Masa Corporal -IMC- igual o superior a 25 kg/m²) como la obesidad (IMC igual o superior a 30 kg/m²) son los dos factores de riesgo más habituales. Debido a que la prevalencia de obesidad va en aumento en todo el mundo, es previsible que también lo haga el número de mujeres con diabetes gestacional.
  • Ganancia excesiva de peso en el embarazo. En gestantes con un peso normal se aconseja ganar entre 11,5 y 16 kg. Estas cifras son menores para mujeres con sobrepeso (7- 11,5 kg) u obesidad (5-9 kg), ya que en ellas la ganancia excesiva de peso incrementa más el riesgo de padecer diabetes gestacional y otras dolencias.

  • Inactividad física. Esto suma un riesgo más al sedentarismo: un análisis publicado en julio de 2012 en Lancet detalló que nada menos que una de cada diez muertes prematuras (unos 5,3 millones de fallecimientos) se puede atribuir a la inactividad física.

  • Dieta poco saludable. Una dieta con poca presencia de alimentos de origen vegetal y un elevado aporte de alimentos superfluos también aumenta el riesgo de que la mujer sufra diabetes gestacional.

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