El ajo blanco es una variedad de ajos, junto con los ajos morados y los ajos tiernos. El ajo blanco es quizás una de las variedades más empleadas en la cocina y por este motivo se conoce como ajo común. El ajo es una raíz formada por varios «dientes de ajo» envueltos en capas finas. Su sabor es muy marcado y el aroma persiste durante mucho tiempo.
El ajo y sus propiedades nutritivas
Los ajos contienen principalmente agua e hidratos de carbono. Destaca su contenido en vitamina C y en algunas vitaminas del grupo B, como la B1 y la B3. Los minerales más destacados son potasio, calcio, fósforo y magnesio. Cabe resaltar que la cantidad de ajo que se toma es tan pequeña que es insignificante el aporte de nutrientes a través de su consumo. No obstante, el ajo contiene otras sustancias, algunas de ellas ricas en azufre, que son las que verdaderamente le confieren las propiedades saludables.
En cantidades moderadas
El ajo como ingrediente de las comidas se recomienda para todas las personas, y en particular, para quienes padecen hipertensión arterial, taquicardia y arteriosclerosis. A pesar de sus múltiples beneficios también tiene algunos inconvenientes por lo que no conviene abusar de él. Un exceso de ajo en las comidas está contraindicado cuando hay una tendencia a sufrir hemorragias, porque actúa como anticoagulante, y en caso de haber deficiencia de jugos gástricos puede provocar flatulencia. No obstante, el principal inconveniente que tiene el ajo es el mal aliento que produce, sobre todo si está crudo, y este es el motivo por el que algunas personas son reacias a incluirlo en su alimentación.
En la cocina
El ajo es un ingrediente muy empleado en la cocina de muchos países; se usa tanto entero como picado, en láminas, rallado y forma parte de numerosas salsas, encurtidos y otras preparaciones. Algunas de las salsas que se elaboran con ajo son el alioli -ajo y aceite de oliva- y la ajada o allada -ajo y pimentón-. También constituye platos típicos como el ajo blanco malagueño -un tipo de gazpacho que incluye mucho ajo-, la sopa de ajo, etc.
Criterios de calidad en la compra y conservación
Los ajos de mejor calidad son los que tienen las cabezas firmes, sin brotes y con una envoltura seca. A la hora de elegirlos conviene escoger las cabezas pequeñas, compactas y más pesadas. Los ajos blancos se conservan en perfecto estado durante muchos meses si se mantienen en las condiciones adecuadas, es decir, en un lugar seco, fresco y ventilado para evitar que se enmohezcan y comiencen a germinar. Si se separan los dientes, se pueden conservar los ajos sin pelar en un bote con agujeros o pelados en un bote de cristal en el frigorífico recubiertos de aceite, que además de conservarlos bien, confiere al aceite un sabor exquisito para componer diversos platos.