El maracuyá o la fruta de la pasión es una fruta exótica con sabor agridulce, de la misma familia que la granadilla y originaria de Centroamérica.
Frutas amarillas y moradas
Con el nombre de fruta de la pasión se conocen dos variedades que se distinguen por su color, la amarilla y la morada. Esta fruta está disponible desde octubre hasta abril y el invierno es sin duda su mejor temporada. La forma del maracuyá es similar a una baya redonda y pesa unos 30 g aproximadamente. Sin embargo, la variedad amarilla es más larga que la morada y puede llegar a pesar hasta 100 gramos. Su capa interna es gelatinosa, de color blanco y en la cavidad central concentra gran cantidad de pepitas cubiertas de una carne anaranjada o amarilla muy sabrosa y aromática. Esta fruta es muy refrescante y su sabor afrutado recuerda al albaricoque. La fruta de la pasión tiene una piel lisa que se arruga al poco de comprarla, lo que indica que está madura y que ha perdido algo de humedad.
Un potente antioxidante
El agua es su principal componente seguido de los hidratos de carbono, y al igual que otras frutas, su valor calórico no es elevado. Cabe destacar su contenido de pro-vitamina A, vitamina C y respecto a los minerales, su aporte de potasio, fósforo y magnesio. De las 2 variedades es la amarilla la que concentra mayor cantidad de minerales y pro-vitamina A. Por su aporte de pro-vitamina A y vitamina C, se recomienda su consumo especialmente a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de dichas vitaminas como por ejemplo las personas que no toleran los cítricos.
Además, contiene una cantidad elevada de fibra que mejora el tránsito intestinal y ejerce un efecto saciante.
El jugo de maracuyá
El maracuyá se consume mucho en forma de zumo y cada vez más como fruta fresca. Si se elige esta última forma, una manera de tomarla es con cuchara, usando la cáscara como recipiente. Si lo que se quiere es obtener su jugo, se filtra la pulpa con un colador y después se bate con batidora. Sirve como complemento para dar una nota de sabor exótico en zumos, sorbetes, macedonias de frutas, helados, cremas y diversos tipos de postres.
Otra forma original de tomar esta fruta es con leche. Es tan sencillo como cortar las frutas de la pasión por la mitad y añadir un poco de la leche concentrada. Después se añaden unas gotas de zumo de limón y se sirve junto con una cucharilla.