Esta fruta, que ocupa el primer puesto mundial en lo que a exportación se refiere, es originaria de México según unos autores y de los Andes peruanos según otros.
El aroma de la papaya recuerda al melón, y el dulzor de su pulpa, al de la pera, el melón o la fresa. Se puede comprar durante todo el año, pero la mejor época para disfrutar de todos sus atributos es el invierno
Esta fruta, que es verde en un principio, se encuentra en el momento óptimo para su consumo tanto desde el punto de vista nutritivo como organoléptico cuando empieza a adquirir un tono amarillento. Es frecuente que algunas manchitas marrones le afeen la piel, pero esto no afecta en absoluto a la calidad de su pulpa. La papaya es una fruta bastante perecedera y muy frágil, debido a su suave y fina piel, por ello se la debe manipular con cuidado.
Tras el agua, su principal componente son los hidratos de carbono, la mayoría simples, aunque en pequeñas cantidades, por lo que su valor calórico es bajo. Destaca su aporte de potasio y en lo que a vitaminas se refiere, es una fuente muy importante de vitamina C, así como de provitamina A, ambas con acción antioxidante. Contiene pequeñas cantidades de una enzima, la papaína, que ayuda a digerir las proteínas.
Fresca es el mejor modo de tomarla; se parte en rodajas a las que se puede añadir azúcar y zumo de lima que realza su sabor. También se emplea en ensaladas, se toma batida y se hacen jaleas… Combina muy bien con marisco, aves, jamón, carne y pescado.