Todas las personas tienen una apetencia innata por lo dulce. Pero no ha sido siempre tan fácil satisfacerla, como lo es desde hace unos doscientos años, cuando se inventó el azúcar. Hasta entonces, todos aquellos que deseaban tener el placer de paladear algo dulce solo disponían de dos opciones: tomar miel o frutas frescas, o mejor aún, desecadas.
Los azúcares son sustancias que naturalmente forman parte de la composición de las plantas superiores y de la leche, y que se extraen de ellas para su consumo alimentario o como aditivos. El término azúcar común, o simplemente azúcar, se refiere al producto blanco y refinado que se extrae de la caña de azúcar y de la remolacha azucarera basicamente, compuesto casi exclusivamente por sacarosa. La sacarosa es un disacárido (hidrato de carbono sencillo) compuesto por una molécula de glucosa y otra de fructosa.
El auténtico azúcar moreno
Actualmente, la mayor parte del azúcar que se vende como azúcar moreno es simplemente azúcar blanco (refinado) al que se le ha añadido extracto de melaza. Este le otorga su color y sabor particular, así como ínfimas cantidades de vitaminas y minerales que, desde el punto de vista nutricional, no tienen importancia, ya que serían necesarios consumos desmesurados de azúcar moreno para que estos otros componentes se ingirieran en cantidades relevantes.
En el proceso de refinamiento, el alimento es separado en sus partes componentes, con lo que se desechan algunos de sus nutrientes complementarios. Es una práctica que cada vez está más extendida en la industria de alimentos, tales como el arroz, el pan, la pasta, etc. Por tanto, el azúcar moreno que se comercializa es muy inferior a la melaza en cuanto a contenido mineral, y su valor nutritivo es tan solo ligeramente superior al del azúcar común.
El auténtico azúcar moreno es el llamado azúcar crudo, que se obtiene por cristalización del jugo de caña de azúcar sin procesar ni refinar, y entonces se lo puede calificar de azúcar integral con toda propiedad. Cuando está minimamente refinado con el fin de eliminar las impurezas y la suciedad, se le llama azúcar turbinado. Ambos son ricos en minerales, aunque no tanto como la melaza.
Por tanto, la elección de uno u otro tipo de azúcar para el consumo debe depender únicamente del gusto personal del consumidor y no tanto de unas virtudes nutricionales, en este caso, exageradas.