Durante años, los recreos del colegio fueron sinónimo de bocadillo. Con el paso del tiempo los bocadillos se han ido sustituyendo por bollería industrial, refrescos azucarados, aperitivos salados o ‘snacks’; en resumen, un conjunto de alimentos que contribuyen a desequilibrar las dietas de los más pequeños. Hay que recuperar la sana costumbre de almorzar con pan: se ingieren hidratos de carbono que se convierten en azúcares y éstos en energía.
El almuerzo es una importante ayuda para aquellos que desayunan poco, y para evitar llegar con mucha hambre y ansiedad a la hora de la comida
Bocatas caseros
La nueva tendencia de comprarse el almuerzo -en las tiendas o en las máquinas expendedoras-, lleva a los niños a elegir los productos más apetecibles para ellos que por lo general coinciden con ser los menos saludables.El almuerzo es una comida muy importante porque sirve para completar el desayuno si este se ha quedado escaso, o como desafortunadamente sucede con frecuencia entre pequeños y mayores, si no se ha desayunado. Comer algo más o menos consistente a media mañana sirve también para que el niño no llegue con demasiada hambre a la comida. Por ello, conviene hacer un esfuerzo y llevar el almuerzo preparado de casa.
Entre pan y pan
Son muchos los alimentos que pueden ir en bocadillo, por lo que hay que evitar caer en la monotonía y preparar únicamente lo que más le guste al niño. Os sugerimos algunas ideas para elaborar deliciosos y nutritivos bocadillos:– Embutidos: jamón serrano, jamón cocido, fiambres y chorizo casero con más frecuencia, y embutidos más grasos como mortadela, sobrasada, salchichón o paté, para días sueltos.
– Lácteos: queso fresco o quesos suaves se pueden comer más a menudo. Los tranchetes y los quesitos son otra opción, aunque algunas marcas concentran demasiado sodio. Habría que comprobar estos datos con los que aparecen en la etiqueta.
– Vegetal: hojitas de lechuga, rodajas finas de tomate, zanahoria rallada, pepinillos…, pueden ser acompañamiento del pan untado con un poquito de mayonesa, o mejor, con unas gotas de aceite.
– Otros: atún con tomate, atún con queso, atún mezclado con palitos de cangrejo y un poco de mayonesa. Las tortillas variadas pueden ser otro recurso, aunque es importante que estén bien cuajadas para evitar que el niño se coja una salmonelosis.
Incluso se pueden incluir en el bocadillo los restos de la cena que el niño haya dejado en el plato.
Es posible que por unas razones u otras no quede pan suficiente para preparar el almuerzo de los niños. En este caso, la noche anterior se puede dejar, cortado y bien envuelto, el relleno del bocadillo. A la mañana siguiente basta con ir a la panadería antes de entrar al colegio, comprar un bollo de pan individual, abrirlo y meter el relleno.
Si esto no es posible, se puede recurrir al pan de molde como sustituto del pan normal. El pan de molde tiene como ventajas que se conserva tierno durante varios días y resulta muy apetecible y fácil de comer. Otra opción es disponer de algo de pan en el congelador para utilizarlo cuando sea necesario.
Si el pan se queda un poco duro, se puede untar con tomate y un poco de aceite para ablandarlo y que quede más jugoso.