El origen del carpaccio se encuentra en Venecia, aunque en la actualidad un enorme número de versiones de este original plato se preparan en medio mundo.
Su origen
En la década de los años 30, el carpaccio comenzaba a dejarse ver entre los platos de las cartas de los restaurantes italianos. Este plato elaborado con finísimas lonchas de solomillo de buey crudas y aderezadas solamente con un chorrito de zumo de limón, se fue haciendo un hueco importante en Italia. Unos años después, en los 80, el carpaccio había llegado a España y para entonces ya era conocido en un buen número de países europeos.Un plato que se enriquece con el tiempo
Una vez que el carpaccio ocupó un hueco importante en el mundo de la gastronomía, los restauradores no dudaron en idear recetas de nuevos carpaccios. En un principio, la carne de buey comenzó a acompañarse de elementos como queso, aceite de oliva, vinagreta… que ocupaban el lugar de las tradicionales gotas de limón. Pero con los años, los cambios se centraron más que en los acompañamientos, en el alimento protagonista del plato. Por ello hoy en día, es sencillo encontrar un carpaccio de solomillo de ternera, rape, bacalao, merluza, gambas o pulpo, así como uno de setas, champiñones o incluso de frutas para tomar como postre.¿Cómo se prepara?
Para preparar un carpaccio hay que cumplir algunas normas básicas. Si se va a preparar un carpaccio con carne, conviene que ésta sea roja y si el protagonista va a ser un pescado, lo mejor es elegir sus lomos. Las lonchas han de ser lo más finas posibles, algo que no resulta nada sencillo. Por ello, es muy práctico cortar tanto la carne como el pescado cuando estén en un punto de descongelación que haga posible obtener estas delgadas lonchas de forma precisa.Conviene no olvidar que el carpaccio es un plato que se elabora con alimentos crudos, por lo que es de gran importancia extremar el cuidado en la selección de la materia prima para poder garantizar su máxima calidad y frescura.