Un trabajo del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM)-Hospital del Mar de Barcelona constata que la ingesta en el contexto de una dieta mediterránea de aceite de oliva virgen, con un alto contenido en polifenoles, es beneficioso para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Publicada en «The Faseb Journal» el pasado 23 de febrero, esta investigación demuestra que los polifenoles, enzimas conocidas por sus propiedades antioxidantes, son responsables de cambios en la expresión génica.
«Los polifenoles pueden reducir la expresión de genes involucrados en la formación de la placa de ateroma», que es el exceso de grasa en las arterias, tal como indicó la coordinadora del grupo de investigación en riesgo cardiovascular y nutrición del IMIM-Hospital del Mar e investigadora del Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, Maribel Covas. «Ello explicaría la propiedad cardioprotectora observada entre las personas que siguen una dieta mediterránea tradicional», añadió Covas.
Esta investigación contó con la participación de un grupo de 90 personas sanas, con edades comprendidas entre 20 y 50 años. Cada uno de los participantes fue asignado al azar a uno de los tres grupos del estudio durante un periodo de tres meses. A un primer grupo se le administró dieta mediterránea con aceite de oliva virgen, al segundo se le dio dieta mediterránea con aceite de oliva pobre en polifenoles y, por último, el tercero actuó como grupo de control, ya que no siguió ninguna dieta específica. A pesar de que la muestra es reducida, el estudio ha permitido observar una relación causa-efecto entre el tipo de dieta seguida durante el periodo en estudio y la expresión en células sanguíneas de genes de inflamación, un proceso responsable de la producción de aterosclerosis.
Los científicos consideran que la propiedad cardioprotectora de los polifenoles del aceite de oliva aporta nuevas evidencias sobre el efecto beneficioso de la dieta mediterránea que, complementada con aceite de oliva virgen, es una buena medida para prevenir la enfermedad coronaria, una de las primeras causas de muerte en los países desarrollados. Además, este hallazgo abre nuevas vías de investigación y de futuros tratamientos mediante terapias nutricionales para prevenir la aterosclerosis, que se caracteriza por la acumulación de depósitos de grasa en la pared interna de las arterias, lo que provoca su engrosamiento y endurecimiento.