Diversos estudios han demostrado que la pérdida de peso es más frecuente en personas que padecen Alzheimer (enfermedad degenerativa que destruye las células del cerebro y que afecta al funcionamiento mental y al comportamiento) que en las personas sin deterioro cognitivo. El riesgo de pérdida, además, tiende a incrementarse con la severidad y la progresión de la enfermedad, con lo que paulatinamente se dobla el riesgo de mortalidad y se triplica el de morbilidad.
Necesidad de una buena alimentación
La pérdida de peso está ligada a los cambios de comportamiento y al incremento del consumo energético relacionado con dichos cambios. Aunque inicialmente puede ser insignificante, esta pérdida puede afectar negativamente el estado nutricional del paciente, en sus capacidades cognitivas y en la propia evolución de la enfermedad, con el consecuente efecto negativo sobre la calidad de vida tanto del enfermo como del cuidador.
Sin embargo, una buena mejora del estado nutricional podría disminuir la pérdida de peso funcional. Esta mejora debería pasar por el mantenimiento de una dieta variada y suficiente, en ocasiones con la ayuda de suplementos nutricionales, y por la aplicación de programas psicoeducativos dirigidos a los cuidadores. Está claro, pues, que la valoración del estado nutricional de los pacientes y una intervención adecuada para su mejora deberían ser un aspecto fundamental en el tratamiento de la enfermedad.
Servicio para una mejora general de la salud
Evitar la disminución de peso y retrasar la pérdida de autonomía a lo largo de la enfermedad, así como brindar asistencia a los cuidadores, es el objetivo principal del Programa Nutriactiv, liderado por Antoni Salvà, director de la Fundació Institut Català de l’Envelliment, y el profesor Bruno Vellas, coordinador de la Internacional Nutrition and Ageing Academy y profesor de medicina y geriatría en la Escuela Universitaria de Toulouse. El programa es una iniciativa creada conjuntamente con especialistas de Nestlé Nutrition.
La valoración del estado nutricional de los pacientes debería ser un aspecto fundamental en el tratamiento del Alzheimer
Para validar la eficacia del programa se ha diseñado un estudio clínico, el Estudio Nutrialz, con el que se comparará el impacto de Nutriactiv en personas con demencia que viven en su domicilio con un grupo de personas también con demencia pero que no participan en el programa. Con este estudio se pretende comprobar hasta qué punto se ha conseguido reducir la pérdida de peso de los pacientes participantes y si ha mejorado su estado general de salud, así como medir la posible disminución de la sobrecarga del cuidador, el uso de servicios sociales y de salud y la posible mejora de la práctica clínica de los profesionales en relación con los aspectos nutricionales.
En esta fase de estudio clínico están participando mil pacientes, quinientos del «grupo control», que siguen un tratamiento habitual sin aplicar el programa, y otros quinientos del «grupo intervención», a los cuales sí que se les aplica el Programa Nutriactiv. Los pacientes, cuya participación en el estudio es totalmente gratuita y confidencial, provienen de once centros asistenciales de Cataluña.
Un programa para pacientes y cuidadores
Además del propio estudio clínico, el programa también presta atención a los cuidadores. Esta atención consiste en poner a su disposición una serie de herramientas para proporcionarles apoyo en cuestiones nutricionales ligadas a la enfermedad: información, programa de seguimiento periódico personalizado por parte de un equipo de expertos, autoformación, sesiones de formación y asesoramiento telefónico.
Las conclusiones del estudio, diseñado en junio de 2005, estarán disponibles a partir de enero de 2008. Sin embargo, se puede anticipar que el estudio ha supuesto un cambio en la práctica médica relacionada con la enfermedad de Alzheimer. Así, los médicos responsables de estos pacientes participantes en el programa han empezado a incluir, entre los parámetros valorados, el estado nutricional de sus pacientes.
Tanto si el anciano se encuentra en situación de enfermedad como si no, en casos de inapetencia es preciso evitar la malnutrición y posibles carencias nutritivas mediante sencillas técnicas, fáciles de llevar a cabo. Pero, ¿Por qué surge la pérdida de apetito en las personas mayores? ¿Qué consejos existen para poder motivar el apetito?
A mayor edad, entonces, se requiere una alimentación más cuidada ya que, a medida que se envejece, el organismo sufre modificaciones que afectan a la salud. Estos cambios implican una adecuación correcta de la alimentación para prevenir enfermedades y evitar estados de malnutrición, tan frecuentes en estas edades.