El ghee es originario de Oriente Medio y Asia, principalmente de India y Egipto. Se obtiene a partir de la mantequilla de leche de vaca o de búfala. Constituye la parte oleosa de la mantequilla obtenida fundiendo ésta lentamente y eliminando la parte acuosa.
Dado que se quema a más temperatura que la mayoría de los aceites, el ghee resulta muy adecuado para freír y saltear. Además, combina muy bien con platos de langosta y proporciona a la famosa salsa curry un sabor exquisito y peculiar.
Si no la encuentra en su mercado, puede hacérsela usted mismo, fundiendo mantequilla sin sal y pasándola por un tejido de algodón (a modo de colador), que bien puede ser un trozo de camiseta, para eliminar la parte acuosa.