El Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto por el que se autoriza el uso de una nueva película de celulosa regenerada para uso alimentario que es biodegradable y, por tanto, no daña el medio ambiente.
Este decreto, propuesto por los ministerios de Sanidad, Industria y Agricultura para la trasposición de una directiva europea de 2004, entrará en vigor el próximo 29 de julio, y a partir del 29 de enero de 2006 se prohibirá la fabricación de productos que no se ajusten a esta norma, pero se podrán comercializar los que se atengan a la normativa anterior hasta la finalización de existencias.
Esta película de celulosa o «celofana» es una hoja delgada obtenida a partir de celulosa refinada procedente de madera o algodón no reciclados. Se suele emplear para fabricar envases de alimentos como, por ejemplo, las bolsas transparentes de patatas fritas.
Además de ser biodegradable, puede transformarse en abono, de forma que no perjudicará al medio ambiente ni generará residuos de difícil eliminación o reciclado, en línea con la normativa española sobre envases y residuos de envases.
Por otra parte, la norma modifica la lista de sustancias autorizadas en el sentido de suprimir determinados polímeros que forman parte de barnices y disolventes, y de ciertos plastificantes que ya no se emplean en la fabricación de estos materiales.
Según el Ministerio de Sanidad, todas las modificaciones introducidas responden a los avances tecnológicos que se han producido en relación con los materiales que entran en contacto con los productos alimenticios y a los últimos dictámenes emitidos por el Comité Científico de la Alimentación Humana, persiguiendo siempre el mas alto nivel de protección de los consumidores.