El jamón ibérico de bellota resulta beneficioso para la salud cardiovascular, ya que según varios estudios los ácidos grasos monoinsaturados que contiene ayudan a disminuir los niveles de colesterol, con lo que se reduce el riego de sufrir patologías de este tipo. Entre los ácidos grasos monoinsaturados que presenta destaca el ácido oleico, que es el componente habitual del aceite de oliva. Además, entre otras propiedades, el jamón ibérico de bellota contiene gran cantidad de hierro, calcio y vitamina D, que son fundamentales para el crecimiento y fortalecimiento de los huesos.
Entre los alimentos más cardiosaludables «se encuentran aquellos ricos en estos ácidos grasos insaturados y con altos niveles de antioxidantes, entre los que podemos incluir el aceite de oliva, pescados azules, nueces, aceite de semillas, vino tinto en pequeñas cantidades por su nivel de antioxidantes, frutas, verduras, hortalizas y, sin duda, el jamón ibérico de bellota», asegura el Jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Perpetuo Socorro (Hospital Universitario de Badajoz) y uno de los autores del Estudio «Influencia del consumo de jamón de cerdo ibérico criado en montanera sobre el perfil lipídico aterogénico», Avelino Ortiz.
Este estudio indica que, aparte del aceite de oliva, otro alimento con alto contenido en ácido oleico es la carne de cerdo ibérico. Este animal se alimenta fundamentalmente de bellotas -con tasas de ácido oleico superiores al 65%-, así como de hierbas y raíces de la dehesa, lo que puede incorporar además sustancias antioxidantes. Estas condiciones contribuyen a que su grasa sea rica en este ácido, sobre todo su jamón, que llega a porcentajes del 59%. Además, el cerdo ibérico vive libremente en el campo, por lo que realiza mucho más ejercicio que los recluidos en cebaderos, lo que incide en que el contenido de colesterol de su carne no sea excesivo.
«El jamón más cardiosaludable es el de bellota, seguido del ibérico de cebo en extensividad (ibérico de cebo de campo) y por último el cebo en intensividad (ibérico de cebo)», ya que estos últimos «se crían en ausencia de actividad física y de consumo de hierba», concreta Ortiz. La frecuencia de consumo del jamón ibérico de bellota, según Ortiz, «puede estimarse en dos o tres raciones de 100 g semanales y es ideal como sustituto de otras carnes rojas con mayor contenido en grasa saturada».