El olvido de la dieta mediterránea, unido al elevado número de horas que los niños pasan frente al televisor, está haciendo aumentar de forma peligrosa la obesidad infantil. Nutricionistas y educadores consideran imprescindible implicar a padres y profesores en la tarea de enseñar a los chavales las bases de una nutrición adecuada, así como evitar el sedentarismo y los problemas asociados con la anorexia y la bulimia.
Las autoridades sanitarias españolas estiman que un 11,1% de los niños entre 2 y 5 años y un 15,9% entre 6 y 9 años son obesos. La obesidad infantil tiene su traducción a largo plazo, por cuanto el sobrepeso a edad temprana predispone a engordar en la madurez.
Tan preocupante llega a ser la magnitud del problema que el Ministerio de Sanidad pondrá en marcha en breve un plan que, entre otras medidas, pretende rebajar en un 25% el contenidos de los ácidos grasos contenidos en la alimentación para lactantes.
Y es que la obesidad infantil se ha duplicado en España en los últimos quince años. Nuestro país es el cuarto de Europa en la lista de países aquejados por la gordura de los niños, detrás de Italia, Malta y Grecia, aunque si se amplía el espectro continental, Estados Unidos es el país con mayor obesidad, con una proporción del 14%.
Riesgo de enfermedades
Las consecuencias de las tasas crecientes de peso excesivo entre los escolares no son banales, ya que la obesidad aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y problemas como la diabetes, hipertensión y dolencias cardiovasculares, amén de trastornos psicológicos.
Un estudio reciente de Manuel Oya, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), puso de manifiesto que las provincias españolas donde se registra una mortalidad más acusada por enfermedades cardiovasculares son precisamente las que tienen un índice más alto de obesidad infantil.
El perfil genético influye en la acumulación de grasas, si bien los expertos no creen que los genes sean los principales responsables de una evolución tan alarmante. «La genética puede ser la causa de entre el 30 y el 40% de los casos de obesidad; el resto hay que atribuirlo a factores ambientales, sobre todo a los hábitos alimentarios y al descenso del ejercicio físico», alega el doctor Javier Salvador, director del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universitaria de Navarra.