El perejil es un condimento muy habitual en nuestra dieta, pero también en muchos otros países del mundo. Respecto a su valor nutritivo, aporta provitamina A o beta-caroteno (en nuestro organismo se transforma en vitamina A conforme éste lo necesita), vitamina C y vitamina E en cantidades apreciables, así como determinados minerales (principalmente fósforo, hierro, calcio y azufre). Así mismo contiene otras sustancias no nutritivas tales como los flavonoides (de acción antioxidante, antiinflamatoria y diurética), aceite esencial rico en apiol y miristicina (de acción emenagoga o estimulante de la menstruación, vasodilatadora y tonificante).
Gracias a su particular composición se sabe que es diurético (aumenta la producción de orina y que es beneficioso en caso de retención de líquidos), estimula la digestión y la función hepática, mejora la disminorrea (menstruaciones irregulares, escasas o dolorosas) y además, contiene buena cantidad de calcio y vitamina C, cuanto se emplea fresco.
Generalmente se usa como condimento, pero también puede consumirse en infusión, el jugo fresco y en cápsulas para aprovechar al máximo sus propiedades.
Infusión: Pueden emplearse las hojas (30 g de hojas por litro de agua), las raíces trocedas (15 g de raíces por litro de agua) o los frutos (2-5 g por litro). Se recomienda tomar una taza antes del desayuno, la comida y la cena.
Jugo de la planta fresca: Se aconseja ingerir unas 2-3 cucharadas antes de cada comida.
Precauciones:
Las mujeres embarazadas deben evitar consumir perejil de forma abundante ya que aumenta la producción de oxitocina (hormona que provoca contracción del útero), lo que puede predisponer al aborto.