Este fruto, también llamado plátano de guisar o hartón, pertenece a la familia de las Musáceas (Musaceae), especie Musa paradisiaca, más grande y menos dulce que otras variedades de su misma familia. Es originario del Sudoeste Asiático, aunque lo largo de los años, su cultivo se ha extendido a muchas regiones de Centroamérica y Sudamérica, así como de África Subtropical. Constituye la base de la alimentación de muchas regiones tropicales.
Sus características
Su forma es alargada, algo curvada y puede llegar a pesar unos 200 g o más cada unidad. La piel es gruesa y de color verdoso y su pulpa de color blanco. La pulpa tiene una consistencia harinosa y su sabor, a diferencia de otros plátanos, no es dulce ya que apenas contiene hidratos de carbono sencillos o azúcares.
Sus propiedades nutritivas
Es una fruta con un elevado contenido de hidratos de carbono complejos (almidón), por lo que no es apto para su consumo en crudo. Es muy rico en minerales como el potasio, el magnesio, apenas contiene sodio y también aporta cantidades interesantes de vitaminas del grupo B, aunque la mayor parte se pierden durante su cocinado.
Cómo se cocina
El plátano macho es una fruta de uso exclusivamente culinario. La cocción no altera su contenido de hidratos de carbono (almidón). Normalmente se guisa de igual modo que se cocinan las patatas y las hortalizas (cocido, frito, asado, al horno…) y también puede ser empleado como ingrediente de ciertas sopas.
En diversos países tropicales, el plátano macho sirve para producir una harina que se utiliza para la elaboración de pan, obtenida por deshidratación de la pulpa y de alto valor alimenticio.