Los zumos de cítricos, especialmente el zumo de pomelo y de naranja, son fuentes importantes de flavonoides, folato y de vitamina C, por lo que diversos estudios han considerado su papel en la salud cardiovascular:
– El efecto beneficioso se debe en parte a componentes fitoquímicos tales como los flavonoides (sustancia antioxidante), que se sabe inhiben la oxidación del llamado» mal colesterol» (LDL-c), reduciéndo de este modo el riesgo de que éste se deposite en la paredes de los vasos sanguíneos.
– Por otro lado, la vitamina C y los beta-carotenos presentes en cantidades elevadas en el zumo de pomelo, actúan también como potentes antioxidantes.
– Además, el ácido fólico también reduce los niveles de «homocisteína», un intermediario en el metabolismo proteico, que se sabe está implicado como factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, para cuidar nuestra salud no basta con tomar un zumo de pomelo o de naranja al día, debemos seguir las recomendaciones de dieta equilibrada en la que los expertos nos dicen que tomando de 2 a 4 raciones de frutas variadas, y de 3 a 5 raciones de verduras al día, aseguramos la ingesta de todos los nutrientes cardioprotectores mencionados.