Un estudio de la Universidad de Osaka (Japón) mantiene que el consumo de más alimentos que contienen folatos de vitamina B y B-6 reduce el riesgo de mortalidad por ictus y enfermedad cardiaca en las mujeres y podría reducir el riesgo de fallo cardiaco en los hombres. Las fuentes de folatos abarcan verduras y frutas, cereales integrales o enriquecidos, cereales fortificados, judías y legumbres. Las fuentes de vitamina B-6 se encuentran en verduras, pescado, hígado, carnes, cereales integrales y cereales fortificados.
Los descubrimientos sobre el valor de las vitaminas del grupo B coinciden con estudios en Europa y Norteamérica, aunque el consumo dietético de vitamina B-6 suele ser por lo general más bajo en Japón que en Estados Unidos. Los japoneses necesitan un mayor consumo dietético de folatos y vitamina B-6, lo que podría conducir a la prevención de la enfermedad cardiaca, indicó Hiroyasu Iso, director del estudio.
Los autores del trabajo, publicado en la revista «Stroke: Journal of the American Heart Association», analizaron datos de 23.119 hombres y 35.611 mujeres de entre 40 y 79 años que completaron cuestionarios de frecuencia alimentaria como parte de un amplio estudio. Los investigadores dividieron a los participantes en cinco grupos basados en su consumo de folatos, vitamina B-6 y vitamina B-12. Durante una media de 14 años de seguimiento murieron 986 personas de ictus, 424 de enfermedad cardiaca y 2.087 a causa de enfermedades asociadas al sistema cardiovascular. En comparación con aquellos con las dietas más bajas y más altas de cada nutriente, descubrieron que el mayor consumo de folatos y vitamina B-6 se asociaba con menores muertes por fallo cardiaco en hombres, mientras que el caso de las mujeres descendía el ictus y la enfermedad cardiovascular. El consumo de vitamina B-12 no se asoció con un menor riesgo de mortalidad.
El folato y la vitamina B-6 podrían ayudar a combatir la enfermedad cardiovascular al disminuir los niveles de homocisteína, según los investigadores. La homocisteína es un aminoácido de la sangre que se ve afectado por la dieta y la heredabilidad. El ácido fólico y otras vitaminas B ayudan a descomponer la homocisteína en el organismo. No se ha podido establecer un vínculo causal, pero existen evidencias de que demasiada homocisteína podría dañar la capa interna de las arterias y promover la formación de coágulos sanguíneos.