El nombre latino de rosmarinus se creyó que estaba formado por dos vocablos: ros (rocío) y marinus (marino); porque, siendo el romero una planta mediterránea, que no suele alejarse mucho de las costas, se creía que aquella voz, esto es, rosmarinus, venía a expresar precisamente este fenómeno. Pero actualmente, los entendidos se inclinan a favor de otra interpretación según la cual, ros sería la misma voz griega rwy, rhops, que significa arbusto, y marinus derivaría de murinoz, myrinos, es decir, aromático.
Descripción: Este arbusto de hojas perennes, es muy aromático y crece de 0,5 a 1 metros de altura, aunque puede llegar a alcanzar los dos metros y mantiene su color verde durante todo el año. Florece dos veces al año, por la primavera y por el otoño y las flores son de color azul claro con manchas violetas. Crece en zonas litorales y zonas de montaña baja (laderas y collados), mayormente en los terrenos calcáreos, por lo regular acompañando a la encina, desde la costa hasta 1500 metros de altitud. Se cultiva con facilidad incluso en macetas. Se le halla en la mayor parte de Cataluña, hasta los Pirineos en Aragón y Navarra, Castilla la Mancha, Valencia, Murcia, Andalucía, Extremadura y en las Islas Baleares, pero se enrarece o falta por completo en las comarcas del norte y noroeste peninsular. Composición y propiedades: Del romero, se utilizan sobre todo las hojas y a veces las flores. Es una planta muy rica en principios activos que ejercen su acción sobre numerosos órganos. Las hojas y sumidades floridas de romero contienen tanino (un principio amargo), vitamina C, acido rosmarinico, una saponina y el alcaloide rosmaricina (responsable del efecto estimulante). Pero el más importante de sus componentes, aparte una pequeña cantidad de resina, es la esencia de romero, en cantidades variables según la zona de crecimiento y la época de recolección. En general, las hojas la contienen en la proporción de 1,2 a 2 %. Es un líquido incoloro o con un ligero tinte entre amarillo y verdoso, de olor alcanforado y sabor amargo. Esta esencia está formada principalmente por a-pineno, canfeno, cineol, alcanfor de romero, y borneol. Según la época del año en que se obtiene, varía también la composición de la esencia.
Tiene propiedades estimulantes, aperitivas, digestivas y actúa asimismo como colerético y colagogo, esto es, sobre el hígado y la secreción de la vesícula biliar. Su contenido en aceite esencial le confiere una acción tónica y estimulante sobre el sistema nervioso y circulatorio. En uso externo es antiséptico, analgésico, cicatrizante y estimulante del cuero cabelludo.
Indicaciones: El consumo de romero, en sus diversas formas, está indicado en caso de agotamiento nervioso, astenia, convalecencias, alteraciones digestivas (aerofagia y flatulencia) y hepáticas, reumatismo, jaquecas, etc. En estos casos se puede tomar romero en infusión antes o después de las comidas. Por sus propiedades antisépticas, se puede aplicar una decocción de romero sobre las llagas y heridas, que se lavarán un par de veces al día con esta agua, preparada de nuevo cada vez. Luego se cubre la herida con una gasa estéril, que se protege con algodón y una buena venda. Contraindicaciones: No conviene a personas con gastritis agudas, úlcera gastroduodenal, hepatopatías, epilepsia y Parkinson. Evitar durante el embarazo y la lactancia. Plantas con las que combina: Se potencian sus propiedades antisépticas y antiinfecciosas si se combina con salvia, equinácea, llantén mayor y tomillo. Para beneficiarse de sus propiedades aperitivas y digestivas se puede tomar en infusión mezclado con lavanda, melisa, cola de caballo; y comparte propiedades coleréticas y colagogas con la bardana y la salvia. Por su caracter estimulante sobre el sistema circulatorio y nervioso se puede componer en infusión con eleuterococo, ginseng, té verde e hipérico. Aplicado sobre heridas y llagas, para que éstas cicatricen se puede aplicar una decocción de romero combinado con cola de caballo y diente de león. Formas de presentación: – Tisana. Es una fórmula estimulante y consiste en mantener una cucharada sopera de sumidades de romero en medio vaso de agua hervida durante toda la noche. Al día siguiente, se cuela y se añade una pizca de miel. Se bebe una taza diaria en ayunas. – Decocción. Se prepara empleando un 1/4 de litro de agua al que se añaden 40 g de sumidad florida, dejándola hervir durante diez minutos. El líquido obtenido se aplica en masajes sobre zonas afectadas por dolores reumáticos, heridas o llagas. Aplicado repetidamente y con suave masaje sobre el cuero cabelludo, mejora el riego sanguíneo de la zona y favorece el crecimiento del cabello. Se debe aplicar después del champú y se aclara luego con agua. Se emplea asimismo en el lavado de heridas e irrigaciones vaginales. – Alcohol de romero. Se disuelven 10-20 g de esencia en un litro de alcohol de 96º, para aplicar en friegas con el fin de paliar dolores de tipo reumático, neuralgias… A veces aumenta la temperatura de la zona sobre la que se aplica, que puede ir acompañado de un enrojecimiento de la misma. – Aceite de romero. De uso externo, se prepara disolviendo 20 g de esencia de romero en un litro de aceite de oliva. Sus aplicaciones son análogas a las del alcohol de romero. – Infusión. Se añaden diez g de sumidad florida a un litro de agua hervida, dejándolo en contacto durante diez minutos. Posteriormente se filtra, y del líquido que se obtiene se toman hasta dos tazas al día, tanto antes como después de las comidas, con lo que se consigue un efecto carminativo, colerético y colagogo. – Fresco o seco. Sus hojas se emplean en la cocina para asados, guisos, sofritos, sopas y salsas a los que proporciona un aroma muy particular.
Consejos para su empleo: Si se pretende secar, este proceso se efectúa a la sombra y en lugar bien ventilado, guardándose posteriormente en cajas de cartón o bolsas de papel, pero evitando los tarros de cristal o de plástico. Bien conservado, mantiene todas sus propiedades durante un año.