El Sáhara Occidental se localiza en el norte de África, en el extremo occidental del desierto del Sáhara. Su costa está bañada por el Océano Atlántico y está muy próxima a las Islas Canarias. Limita con Mauritania, Marruecos y Argelia, países que ejercen mucha influencia en el ámbito gastronómico.
Su medio de subsistencia, la pesca y el pastoreo nómada
La costa del Sáhara cuenta con una de las principales reservas pesqueras del mundo
Sáhara Occidental es un país semidesértico que cuenta con pocos recursos naturales y no posee suficientes lluvias como para abastecer la mayoría de las actividades agrícolas. La escasa vegetación del país se limita prácticamente a los oasis.
La economía se centra en el pastoreo nómada y en la pesca, de hecho, la costa del Sáhara cuenta con una de las principales reservas pesqueras del mundo.
El cus cus como alimento nacional
La gastronomía del Sáhara Occidental representa la influencia del pueblo saharaui, en su mayor parte es de origen árabe y bereber, y la etnia que habita en Marruecos y Argelia. Al igual que en los países árabes, uno de los alimentos protagonistas es el cus cus. El cus cus son granos de sémola de trigo duro con el que se elaboran los platos más tradicionales del país. Se combina por lo general con carne de pollo o cordero, así como con diferentes verduras o huevos.
Carne de camello asado
Las tribus saharauis al ser nómadas se alimentan fundamentalmente de carne y productos lácteos. Las tribus que se asientan más próximas a las costas incluyen además en su dieta deliciosos pescados. Todos estos alimentos que obtienen de la fauna que habita en la zona se suelen acompañar de cereales como el arroz, el trigo y la cebada con lo que consiguen elaborar nutritivos platos.
La carne de camello es una de las más populares junto con la de cabra y la de cordero. Una de las formas más habituales de preparar estas carnes es en forma de asado, como es el caso del tayyin, un pinchito de camello asado.
Pan cocido sobre la arena
Los cereales y los derivados que con ellos se elaboran son una parte importante de su gastronomía. Mezclados con leche los cereales forman platos muy conocidos en el país como aych.
Además de esta combinación, si algo llama la atención a todos los viajeros que visitan el país, es cómo preparan una masa de pan sin levadura que se deja cocer sobre la arena del desierto. A esta preparación tan sabrosa como original se le conoce como mreifisa.
Para terminar, un dulce y un té
Al finalizar una comida el dulce es el sabor que nunca falta sobre la mesa. Uno de los postres más populares de la zona son los pastelillos de hojaldre rellenos de miel, dátiles y frutos secos.
Estos pasteles por lo general van acompañados de té, en concreto de té verde a la menta fresca, una de las bebidas más consumidas en el país en cualquier momento del día. Para tomarlo se sigue una especie de ritual: se toman 3 tazas de forma que el primero se dice que es amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte.
Además de té se pueden degustar refrescantes zumos. Eso sí, todo aquel que emprenda viaje a países como el Sáhara Occidental ha de tener en cuenta que la religión musulmana prohíbe el consumo de alcohol.