El pan es un alimento fundamental en la historia de la humanidad. Fruto de las diversas culturas y gustos, ha evolucionado desde una simple torta de harina y agua hasta el producto actual de venta en las panaderías: formas, ingredientes, fermentaciones y variantes que se adaptan a las numerosas demandas del consumidor. Entre la gran cantidad de panes, figura el “inglés” o pan de molde, de fácil preparación en el hogar.
Moldes para dar forma
Imagen: Maurid80
El plum cakes.
La base y la cocción
Esta modalidad de pan se caracteriza por tener una corteza muy ligera, en cuya elaboración se sustituye parte del agua por leche y se añade un poco de azúcar. De este modo queda suave, ya que el uso más frecuente de este pan pasa por la elaboración de sándwiches.
No se debe abrir el molde hasta que el pan no esté casi hecho
Un kilo de harina de media fuerza, 40 g de levadura, 30 g de sal, 10 g de azúcar, 15 g de mantequilla y un cuarto de litro de leche y otro de agua. Estos son los ingredientes necesarios para elaborar pan de molde. La harina de trigo puede ser normal o con salvado (integral). También puede optarse por una mezcla de multicereales y algún fruto seco, como uvas pasas o pipas peladas. Debe tenerse cuidado cuando se añadan estos ingredientes porque, si se abusa de ellos, aumenta de forma considerable el aporte de calorías.
Con la cuarta parte de la harina y la levadura, junto con un poco de agua, se elabora una masa y se deja fermentar el doble de su volumen. Con el resto de la harina se forma un volcán, donde se añadirán los demás ingredientes. Tras mezclar todo, se agrega la masa de la levadura, se amasa de nuevo y se deja fermentar a 35°C durante media hora. Pasado este tiempo, se vuelve a amasar y se corta en porciones que se introducen hasta la mitad de los moldes, con cuidado de cubrir las esquinas. Sin cerrar, se le aplica calor y, cuando ha crecido dos terceras partes, se cierra el molde y se introduce en el horno a 200°C durante 45 minutos.
El pan se desmolda en caliente y se cuece siempre un día antes de consumirlo. No se debe abrir el molde hasta que el pan no esté casi hecho.