Trucos para elegir salsas para carnes
La elección de un aderezo está ligada a nuestros gustos. Pero, más allá de eso, hay tres detalles a los que conviene prestar atención. Son los siguientes:
- 1. La lista de ingredientes. Consúltala para conocer qué posición ocupan los compuestos principales (chile, tomate…). Lo mejor es que estén en primer lugar.
- 2. La cantidad de azúcares. Comprueba si contiene ingredientes como azúcar, melaza o jarabe de fructosa. Es preferible que no posea estos compuestos y, de tenerlos, elige las salsas que tengan menor proporción.
- 3. La cantidad de sal. Más de 1,25 % de sal se considera demasiado, así que, cuanto menos, mejor.
Comparativa de salsas picantes
Si nos fijamos en la cantidad de pimientos picantes de las salsas que conforman este grupo, la mejor elección sería Tabasco Sriracha, con un 42,8 % de chile jalapeño rojo, que además es una de las más baratas (0,09 euros por ración de 5 g).
Pero, desde el punto de vista nutricional, no es una buena elección, porque es la que contiene más sal (6,7 %) y una de las que tiene más azúcares (19 %). Así, si consideramos todos los elementos en conjunto, la mejor sería Tabasco Original, que aunque tiene un precio más elevado (0,26 euros por ración de 5 g), no tiene azúcares añadidos, es la que menos sal contiene (1,8 %), la que menos energía aporta (16 kcal/100 g) y con una cantidad considerable de chile rojo (19 %).
Comparativa de salsas que no pican
En el segundo grupo, HP Original es la mejor elección si consideramos la proporción de ingredientes nobles (en este caso, el tomate) y, además, su precio es moderado (0,26 euros por 20 g). Pero no es una buena opción desde el punto de vista nutricional, porque es la que contiene más azúcares (23,1 %).
Son preferibles las Salsas Asturianas de Chimichurri, ya que contienen pocos azúcares (1,8 %) y aportan menos sal (0,84 %), además de ser las más baratas de este grupo (0,20 euros por 20 g). Pero son las que más energía aportan (54 kcal por ración) y sus ingredientes principales son el vinagre y el aceite de girasol.
En cualquier caso, se trata de salsas que no tienen una buena composición nutricional, ya sea por un alto contenido de azúcares, grasas o sal, así que deberíamos destinarlas a un consumo ocasional.