La carambola, conocida popularmente como «fruta estrella», es un fruto muy cotizado en los mercados internacionales. El cultivo de esta fruta, originaria de Indonesia y Malasia, se ha extendido a otros países tropicales de Asia y América, siendo los principales productores Tailandia, Brasil y Colombia.
Dos son los periodos del año en los que podemos deleitarnos del particular sabor agridulce de esta fruta con forma tan curiosa: de agosto a octubre y de enero a marzo.
Esta fruta con piel fina y lustrosa, de color entre el verde y el dorado y con pulpa crujiente y de color amarillo, es muy utilizada en la cocina en la decoración de diversos platos.
Cuál elegir
Para comprobar que la carambola está madura, nos fijaremos en los cantos. Si éstos están algo oscurecidos, quiere decir que la fruta está madura.
Al tomarla, nos deleita su particular sabor dulce y nos enriquece con su modesta aportación de betacaroteno, vitamina C, potasio y fibra soluble, ésta última abundante en su pulpa.
La preparación
Su preparación es sencilla. Una vez lavada minuciosamente, se corta en rodajas (no es preciso pelarla). Su forma estrellada es muy decorativa para las ensaladas de fruta, y su ligera acidez la hace una fruta refrescante.
También se puede utilizar como un ingrediente más de batidos y refrescos de sabor tropical, e incluso para jaleas y mermeladas.
Es preferible conservarla en un lugar fresco, protegida de la luz, pero no en la nevera.