¿Qué opinan fabricantes y distribuidores de las medidas para frenar el sobrepeso y la obesidad infantil? José María Bonmatí es el director general de AECOC, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores que reúne en nuestro país a más de 30.000 empresas de la cadena alimentaria y del gran consumo. En esta entrevista Bonmatí expresa su parecer sobre las medidas lanzadas desde el Gobierno, como la subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas, y repasa el papel que tienen como industria en atajar este grave problema que afecta a cerca de la mitad de los niños en España.
¿Es un objetivo prioritario para los miembros de AECOC participar activamente en el intento de revertir el problema de la obesidad infantil?
Se trata de un problema multifactorial que exige de colaboración en la búsqueda de soluciones y, en el que, lógicamente, la alimentación tiene un papel importante, pero en el que también hay que considerar elementos como el sedentarismo o la predisposición genética. La cadena de valor del gran consumo está muy comprometida con el impulso de una dieta alimenticia saludable y con frenar la obesidad, especialmente entre los menores. De hecho, según el informe de sostenibilidad del sector realizado por AECOC, el 77 % de las compañías cuenta con programas de fomento de hábitos de vida saludables y 9 de cada 10 impulsan la educación nutricional para fomentar una dieta equilibrada y colaboran también en la organización de actividades deportivas.
Desde el Gobierno se han aprobado medidas para frenar estas cifras como la subida del IVA a bebidas azucaradas, ¿qué les parece?
En AECOC consideramos que la mejor manera de avanzar en materia de salud no es a través de la fiscalidad. Es importante tener en cuenta que no hay evidencias de que este tipo de medidas conlleven una mejora en la salud de la población. Países que habían optado por estas políticas, como Dinamarca y Eslovenia, dieron marcha atrás poco después por el nulo efecto que tenían sobre la salud y por el impacto negativo que suponía sobre el consumo y la competitividad de las empresas afectadas.
En 2019 se firmó el ‘Plan de colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas y otras medidas 2020’, ¿se han alcanzado los objetivos marcados en reducción de sal, azúcares y grasas trans?
Según los datos de la última evaluación intermedia publicada por el propio Ministerio de Consumo, al cierre de 2019 se había alcanzado el 46,3 % de los acuerdos referentes a la reducción de contenido en azúcares, el 43,8 % de los objetivos sobre reducción de sal, el 66,7 % de los relacionados con el descenso del contenido de grasa saturada y el 100 % de los acuerdos sobre reducción del contenido total de grasa de los productos.
La publicidad y el marketing es otra de las patas fundamentales de la estrategia NAOS a través del Código PAOS, que depende de la buena voluntad de sus partes, ¿choca esa buena voluntad en el apoyo a la dieta saludable con la rentabilidad de las empresas?
El debate sobre la conveniencia de publicitar o no determinados tipos de productos también genera controversia, si bien, a nuestro modo de ver, la mayor dificultad consiste en determinar qué productos y en base a qué deben estar en el punto de mira, cuáles no y, sobre todo, hacerlo, además, en base a criterios de evidencia científica.
¿Están los distribuidores españoles dispuestos a quitar de las zonas calientes de las cajas y de las estanterías bajas de los lineales los productos poco o menos saludables a los que pueden acceder los niños?
Este tipo de planteamientos parte de la base de catalogar los productos en buenos y malos, cuando seguir una dieta sana y equilibrada no está, en absoluto, reñida con ciertos momentos de indulgencia que, además, el consumidor aprecia y demanda. En cualquier caso, este tipo de decisiones están relacionadas con el posicionamiento estratégico y diferencial que cada compañía desee realizar y a día de hoy no puede hablarse de una visión unánime al respecto.
En esta dicotomía, salud e «indulgencia», ¿dónde se sitúan fabricantes y distribuidores?
Según datos de AECOC, dos de cada tres consumidores buscan una alimentación más saludable y un 31 % afirma que compra más productos ecológicos. No obstante, esto es compatible con momentos de indulgencia que, si se llevan a cabo ocasionalmente y tratando de preservar las raciones recomendadas de este tipo de productos, no tienen por qué estar reñidos con una buena dieta alimentaria. De acuerdo a nuestros estudios, el 32 % de los consumidores reconoce que con la pandemia picotea más entre horas, pero también confirma que, en momentos como este, el concepto de «premiarse» va de la mano, en numerosas ocasiones, del consumo de productos premium que pueden encajar en ese eje de salud. Por tanto, existe una tendencia clara a apostar por la salud combinada con ocasiones especiales de indulgencia que el sector ha sabido interpretar correctamente y que ofrece múltiples oportunidades.