En abril de 2011, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) indicó que no conviene incluir las espinacas ni las acelgas en la dieta de los bebés menores a un año de vida. Un estudio más reciente, de mayo de 2013, sugiere añadir las borrajas a las advertencias de la AESAN. La razón es que estas hortalizas contienen nitratos, unas sustancias que en el cuerpo se transforman en nitritos y que pueden causar metahemoglobina en los bebés y los niños pequeños. El siguiente artículo detalla cuáles son las recomendaciones de la AESAN sobre las acelgas y las espinacas, cuál es el papel de las borrajas en la dieta de los bebés y qué es la metahemoglobinemia.
Acelgas y espinacas: cuatro recomendaciones para bebés
En 2011, la AESAN emitió unas recomendaciones dirigidas a lactantes y a niños de hasta tres años, con respecto a la presencia de nitratos en acelgas y espinacas. Se elaboraron basándose en la opinión científica que en 2008 emitió la entidad europea de referencia, la EFSA, así como los hábitos de consumo en España. En el documento, la AESAN señaló que no conviene incluir las acelgas ni las espinacas en la dieta de los bebés. En caso de hacerlo, el contenido de estas verduras no debería exceder el 20% del contenido total del plato (si estas dos verduras se incluyen en pequeñas cantidades no habrá problema).
La agencia también aconsejó no ofrecer, en niños de entre 1 y 3 años, más de un plato de espinacas y/o acelgas al día, sobre todo si el niño presenta una infección bacteriana gastrointestinal. Estas dos hortalizas, tras cocinarlas, se deben conservar en el frigorífico si se van a dar al niño en ese mismo día, o guardarlas en el congelador en caso contrario. Los siguientes cuatro puntos resumen estas recomendaciones:
- No incluir las espinacas ni las acelgas antes del primer año de vida. En caso de hacerlo, que el contenido de dichas verduras no sea mayor del 20% del contenido total del plato.
- No dar más de una ración de espinacas y/o acelgas al día a niños entre 1 y 3 años.
- No dar espinacas y/o acelgas a niños que presenten infecciones bacterianas gastrointestinales, pues son más sensibles a los nitratos.
- No mantener a temperatura ambiente las verduras cocinadas (enteras o en puré) porque ello puede dar lugar a la conversión de nitratos en nitritos. Conservar en frigorífico si se van a consumir en el mismo día. En caso contrario, se deben congelar.
Metahemoglobinemia, ¿qué es?
Los consejos anteriores obedecen a que las acelgas y las espinacas contienen unas sustancias llamadas nitratos, que en el cuerpo se transforman en nitritos. Estos, en bebés expuestos a altas cantidades, pueden originar metahemoglobinemia, un trastorno que afecta a la distribución de oxígeno al cuerpo por parte de las células sanguíneas. Es por ello que la piel toma un color azul-violeta (cianosis), que advierte de la alteración. Este efecto suele ocurrir en bebés debido a que su estómago presenta una menor acidez, entre otros factores, tal y como detalló Eroski Consumer en enero de 2011.
Aunque otras hojas verdes también contienen nitratos, las espinacas y las acelgas presentan un mayor contenido de esta sustancia y su consumo es más elevado en España. Así, por ejemplo, las lechugas tienen nitratos, pero su ingesta debería ser muchísimo más elevada para que el riesgo fuera significativo. En otras palabras, los niveles de nitratos que contienen no representan un riesgo para niños o adultos. No obstante, un nuevo estudio pone a otras hortalizas de hoja verde en el punto de mira: las borrajas.
Borrajas y nitratos: nuevos datos
Un equipo de científicos de Navarra y Valencia acaba de publicar una investigación en la prestigiosa revista Journal of pediatric gastroenterology and nutrition, según la cual la borraja debería considerarse dentro de las hortalizas de hoja verde de riesgo en bebés.
Los responsables del estudio quisieron evaluar qué hortalizas se asocian a la incidencia de metahemoglobinemia en bebés de entre cuatro y dieciocho meses en el norte de España, mediante un estudio de caso-control. Sus conclusiones corroboraron las recomendaciones de la AESAN, aunque añadieron que la borraja también está implicada. La borraja (Borago officinalis) es una hortaliza muy consumida en Navarra, La Rioja y Aragón en la elaboración de purés hechos en casa.
La acumulación de nitratos en las hortalizas como espinacas, acelgas o borrajas depende, para los autores, de diversos factores como la temperatura, la luz solar y el nitrógeno procedente del agua subterránea, o de diversos compuestos de nitrógeno utilizados en la agricultura.
La investigación, tal y como ha detallado el Dr. Mateu Seguí en una interesante revisión del trabajo, observó que los niños que recibían lactancia materna presentaban un ligero mayor riesgo de sufrir metahemoglobinemia. Ello podría explicarse por la suma de los nitratos ingeridos por la madre (que pasarían a través de la leche materna) o por la influencia de la lactancia sobre la acidez del estómago del bebé, si bien los autores consideran plausible una tercera explicación: las madres que dan el pecho son más proclives a preparar purés a sus bebés. También indican que otras investigaciones muestran el efecto contrario, es decir, que la lactancia materna protege de la metahemoglobinemia.
Los investigadores finalizan con una importante mención al papel de las hortalizas de hoja verde en la salud, ya que señalan que “a pesar de los datos mostrados en el presente estudio, debe reconocerse el probado beneficio para la salud que tiene el consumo de verduras”. No solo eso, sino que apuntan que una dieta rica en nitratos y nitritos podría ejercer, en adultos, beneficios sobre el sistema cardiovascular. Tal y como puntualizó en mayo de 2011 el GREP-AEDN, cuando se comparan los riesgos y los beneficios de la exposición a nitratos mediante el consumo de hortalizas, prevalecen los efectos beneficiosos.