Octubre llega con sus deliciosos frutos del bosque y una espléndida variedad de setas. Y además, en este mes los árboles frutales ofrecen nuevos sabores y aromas. Es tiempo de peras, membrillos y granadas con los que poder preparar y acompañar diversas recetas. Desde una ensalada de hoja verde con un toque de granada hasta unas peras al vino o un dulce de membrillo combinado con requesón y con nueces, hay muchas posibilidades para llevar estos alimentos del árbol a la mesa. En el siguiente artículo se repasan las bondades de estas frutas típicas del otoño.
Membrillos, el dulce de temporada
El membrillo es una fruta con un escaso contenido de azúcares y, por tanto, un bajo aporte calórico. Sus propiedades saludables se deben, sobre todo, a su abundancia en fibra y taninos.
El inconveniente que presenta es que su sabor ácido lo hace incomestible al natural, así que, en la mayoría de las ocasiones, se consume en forma de dulce (un producto que lleva azúcar añadido, a menos que se sustituya por edulcorantes).
Así y todo, esta fruta tiene lugar en el marco de una dieta saludable. El membrillo se puede preparar de muy diversas maneras: combinado con requesón, con queso fresco y frutos secos, en compota, untándolo en pequeñas tostas, a modo de aperitivo… Incluso se puede emplear como relleno para carnes y empanadillas o como contrapunto de sabor en ensaladas.
En la compra se han de escoger los ejemplares que presenten la piel amarillenta, totalmente intacta, sin golpes ni magulladuras. Los que tienen la piel verde están inmaduros, y sus manchas indican que están muy maduros. Este último aspecto no tiene mayor relevancia, si es que se tiene previsto cocinarlas de inmediato.
Peras: una fruta, mil opciones
La pera es una de las frutas más jugosas y sabrosas y, aunque no todo el mundo lo sabe, son muy ricas en potasio. Además, por su carácter ligeramente astringente, es apropiada en caso de diarrea y por su suave efecto diurético, en caso de retención de líquidos. Como sucede con casi todas las frutas, su componente mayoritario es el agua. Si bien se pueden encontrar durante todo el año -por fortuna, hay muchas variedades de pera-, las que se hallan en esta época están en su momento más dulce.
Para acertar en la elección, no hay más que recordar que las peras están maduras si ceden a la leve presión con el dedo. Al llegar a casa, hay que liberarlas de cualquier bolsa o envoltorio para que puedan respirar y manipularlas con cuidado. Basta con guardarlas en lugares frescos, secos y protegidos de la luz, o bien en la parte menos fría de la nevera, no más de tres días, para retrasar su maduración.
Resulta espléndida para comer al natural, como postre, tentempié e, incluso, en el desayuno. También hay muchas formas de preparar las peras: en bizcochos, como batidos, al vino, en compota, en tostas (acompañando quesos), en ensaladas, con carnes y ¡también con pasta!
Granadas, el toque rubí de tus recetas
Es una fruta de muy bajo valor calórico debido a su escaso contenido de hidratos de carbono. El componente mayoritario es el agua y en lo que se refiere a otros nutrientes, tan solo destaca su aporte mineral de potasio. Este mineral es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. Otros componentes destacables son el ácido cítrico (de acción desinfectante, alcaliniza la orina y potencia la acción de la vitamina C), málico, flavonoides (pigmentos de acción antioxidante) y los taninos.
Aunque las granadas empiezan a aparecer en los mercados a mediados de septiembre, es entrado el otoño cuando esta fruta ofrece sus granos en toda su plenitud y se mantiene hasta finales de enero. La granada se debe recolectar antes de que madure por completo; si no es así, el fruto explota en el árbol. El grosor de su piel hace posible almacenarla durante meses y que resista bien el transporte.
Conviene elegir la fruta sin cortes ni magulladuras. Una granada de calidad se presenta ausente de grietas de crecimiento y sin arrugas en la piel, que pueden ser una consecuencia de retraso en su recolección. Es muy importante que la piel esté dura y tersa y que tenga un color vivo con matices marrones. Hay que elegir los ejemplares de buen tamaño y de elevado peso respecto a sus dimensiones.
Los granos de esta fruta se pueden usar en la elaboración de postres, como helados, gelatinas, mousses, cremas y macedonia. Los granos macerados con miel, zumo de limón o mosto de uvas tienen un sabor delicioso. La pulpa que envuelve las semillas mitiga la sed porque tiene un sabor azucarado con matices agrios, muy agradable. También se pueden utilizar en ensaladas con lechuga, esparciendo los granos de la fruta por encima de las hojas verdes. En el recetario de EROSKI CONSUMER hay diversas ideas con granadas.