🌱 Los germinados son saludables
Los germinados son muy saludables, pues poseen una elevada cantidad de enzimas (que favorecen la digestión) y nos aportan vitaminas E, A, C, K y del grupo B. También son ricos en minerales, aminoácidos y antioxidantes, como también fáciles de digerir, muy tiernos y vistosos.
Su perfil nutricional no es exactamente igual que el de la semilla o legumbre de la que proceden (pueden tener más cantidad de un mineral, menos de otro, más vitaminas o menos fibra), pero esto no significa que sean mejores ni peores; simplemente, son distintos, y lo más importante, son sanos.
🌱 También son vistosos
Además, quedan muy bien y mejoran la presentación de los platos. Podemos utilizar germinados en casi cualquier receta que imaginemos, desde ensaladas hasta sopas, como elemento decorativo o como ingrediente destacado. Hoy en día, triunfan en gastronomía.
Se pueden comprar semillas de diversos tipos (se comercializan en pequeños sobres, listas para germinar); también están los brotes listos para consumir, tanto frescos como en conserva (los hay de soja o de alfalfa); o utilizar las semillas y legumbres más habituales en casa.
🌱 No todos valen para comer
Eso sí, no todas las semillas valen para germinar y comer.
- ❌ Los brotes de las solanáceas (esto es, del tomate, los pimientos, las berenjenas y las patatas) no deben consumirse porque son tóxicos.
- ✅ Por el contrario, las mejores opciones son los cereales y las leguminosas: alfalfa, soja, garbanzos, lentejas girasol, maíz, trigo o centeno están entre las más empleadas.
🌱 Hacer germinados en casa paso a paso
Hay distintas técnicas para elaborar germinados en casa, pero todas tienen un elemento común: las semillas o legumbres que elijamos necesitarán agua, aire, luz, un recipiente donde crecer y constancia por nuestra parte para mantenerlas en condiciones óptimas. Todas las opciones resultan económicas y sencillas y pueden hacerse con elementos cotidianos. Ponemos como ejemplo una de las técnicas más empleadas.
▶️ Qué necesitas
- Un bote grande de cristal
- Un paño fino (o gasa)
- Una goma elástica
- Semillas
- Agua
▶️ Cómo se hace paso a paso
- Primero. Lava bien las semillas o legumbres que quieras germinar (por ejemplo, unas lentejas) y déjalas en remojo toda la noche (no necesitas muchas; con dos o tres cucharadas soperas alcanza).
- Al día siguiente, enjuágalas y colócalas dentro del bote. Tápalo con la gasa y fíjala con la goma elástica. Lo importante es mantener la humedad en el recipiente, pero permitir que pase el aire a través de la tela. Coloca el bote en posición horizontal en un lugar templado y luminoso, pero no directamente al sol. Déjalo así durante 24 horas.
- Llena el bote con agua a temperatura ambiente (puedes hacerlo del grifo y a través de la tela), para enjuagar y humedecer las lentejas. Vuelca el agua (la gasa es muy práctica porque hará de colador) y coloca otra vez el bote en posición horizontal durante 24 horas.
- Al cabo del segundo día, ya verás cómo tus legumbres (o semillas) empiezan a germinar. La operación de lavado, escurrido y reposo se repite durante varios días, dependiendo del alimento que germines y de cuánto quieras hacerlo crecer (para unas lentejas, con cinco días es suficiente).
- Por último, saca los germinados del bote y lávalos bien antes de utilizarlos. Puedes conservarlos durante tres o cuatro días en la nevera, y consumirlos enteros (incluyendo la semilla) o cortar solo el brote, según tus preferencias y el uso que le quieras dar.
🌱 Las precauciones que debes tomar
Que la técnica sea fácil no quiere decir que esté libre de riesgos. El calor y la humedad que necesita una semilla para germinar son, también, las condiciones que favorecen el desarrollo de algunas bacterias (como Listeria, Salmonella o E. coli). Por tanto, es imprescindible tomar algunas precauciones de seguridad alimentaria.
- Las semillas o legumbres deben lavarse bien para eliminar la suciedad y la posible presencia de sustancias no deseadas.
- Mientras germinan, enjuágalas a diario (para renovar el agua) y escúrrelas bien. Tienen que estar húmedas, no anegadas. Si sobra agua en el frasco, si las dejas al sol o si no tienen suficiente ventilación, aumentará el riesgo de que aparezcan hongos y bacterias.
- Los germinados deben lavarse bien y conservarse en la nevera. No los guardes a temperatura ambiente. Si los secas con un paño antes de refrigerarlos, durarán más.
- Si los compras hechos, evita comer los que estén más oscuros que el resto o si huelen a humedad. Lávalos antes de usar y respeta la fecha de caducidad del envase.
🌱 Hacer germinados o comprarlos, ¿qué conviene más?
- Hacer germinados caseros es muy económico y puede ser una actividad culinaria muy gratificante y educativa para realizar, por ejemplo, con niños. Pero lleva algo de tiempo y atención, y es preciso planificar el menú con algunos días de anticipación.
- Los germinados comerciales resuelven ese problema, pero son más costosos. 150 gramos de germinados cuestan entre uno y dos euros, mientras que por un precio similar podemos comprar un kilo de de lentejas o garbanzos, que nos permitirán producir mucha más cantidad de brotes en casa, sin más inversión que un poco de agua y paciencia.