Halloween, la Noche de Brujas, es una celebración muy importante en el mundo anglosajón. Tiene un fuerte arraigo en países como Estados Unidos, Irlanda o Canadá. Su faceta más conocida, y la que más se ha extendido al resto del planeta, es el uso de disfraces de terror y la preparación y búsqueda de dulces. También existe la costumbre de hacer en casa algunas “recetas de miedo” para los niños. El problema es que la mayoría de esos dulces y platos son poco saludables. Por ello, en este artículo recopilamos cinco recetas de Halloween que encantarán a los más pequeños y que están hechas con buenos ingredientes, como frutas, frutos secos, pan o yogur.
1. Dulces fantasmas
Estos fantasmas son muy fáciles de hacer. Tanto, que pueden sacar de un apuro para resolver un Halloween de última hora. Solo se necesitan plátanos y un poquito de chocolate para fundir (el sirope no da los mismos resultados ya que su consistencia es líquida y, al poner los plátanos en vertical, goteará).
Primero hay que pelar los plátanos, cortarlos por la mitad y «tallar» con la punta de un cuchillo los ojos y la boca de cada fantasma, para que queden un poquito huecos. Luego, se deben rellenar estos huecos con el chocolate fundido y se espera a que el chocolate se solidifique de nuevo antes de poner los fantasmas en pie, como se ve en la foto.
2. Un ojo de monstruo cremoso
Para una merienda de miedo, nada mejor que un ojo cremoso de monstruo, sobre todo si es un ojo saludable, hecho de yogur natural y de fruta. También es muy fácil de hacer.
Se desmolda un yogur natural en un plato (puede ser un yogur estilo griego, ya que su consistencia ayudará), se coloca encima una rodaja de kiwi (idóneo para recrear un iris verdoso) y, justo en el centro, una bolita de chocolate o un poquito de chocolate fundido, a modo de pupila. Para completar la creación, solo falta un poco de «sangre», que se puede hacer con fresas y frutos rojos triturados, mermelada de fresa o sirope.
3. ¡Estos zombis son la pera!
Simples, sanos y muy simpáticos. Así son estos pequeños zombis hechos de pera y frutos secos. Para crearlos, se deben pelar las peras y, con la punta del cuchillo, escarbar los huecos de los ojos y la boca (igual que con los «plátanos fantasma»). Después, se corta la parte superior de las peras, donde está el rabito, y también un poco debajo, para contar con un punto de apoyo plano y lograr que se queden en pie.
En los huecos de los ojos, se incrustan unas bayas, arándanos o uvas pasas. Se colocan las peras de pie y se pinta el interior de la boca con «sangre» (mermelada de fresa diluida con agua, sirope, frutos rojos triturados…) que hay que dejar que chorree hasta el plato, donde se esparcirá otro poco de «sangre». Los zombis se terminan poniéndoles un cerebro a la vista, es decir, una nuez en la parte superior.
4. Colines para chuparse los dedos… de bruja
Hay varias maneras de preparar esta receta. Si se tienen ganas y tiempo, se pueden hacer los «dedos» con pan casero. La ventaja es que se podrán añadir los ingredientes a nuestro gusto. La desventaja es que la receta del pan es laboriosa. Otra forma, como la que se explica a continuación, es hacer los dedos con masa de galletas, dulces o saladas. Si no se tiene una receta propia, en este artículo hay varias propuestas de galletas, para elegir la que más guste.
La idea central es preparar la masa de galletas y, en lugar de darles la clásica forma, redonda y aplanada, moldearlas como si fueran dedos: cilíndricas y alargadas. Luego se pueden hacer hendiduras, simulando los pliegues que tiene la piel en la zona de cada falange. Además, a la masa de galleta, según se prefiera dulce o salada, se le pueden agregar algunos ingredientes para que los dedos sean más espeluznantes: semillas se sésamo, trocitos de nueces, uvas pasas… Se reservarán unas almendras en láminas o unas aceitunas negras cortadas por la mitad para construir con ellas las uñas. El efecto será mayor si se sirven asomando de una bolsita.
5. Galletas caseras y decoración de la mesa
Otra opción, en la que también pueden participar los niños, es preparar unas galletas simples, planas, y darles formas de miedo: fantasmas, murciélagos, huesitos y calabazas son las opciones más sencillas.
Para elaborar estos bocaditos del terror se puede utilizar la receta de las galletas de jengibre, fáciles de hacer y apreciadas por los más pequeños. Una vez frías, la superficie de las galletas se puede decorar con chocolate fundido o un poco de fondant de colores.
Y en todos los casos, es muy importante la ambientación y decoración de la mesa, algo en lo que también pueden participar los niños.