🔎 Un falso sustituto
En el envase se destaca que el 94,5 % de producto es fruta. Sin embargo, toda la fruta que contiene está en forma de zumo o de puré: zumo de naranja a partir de concentrado (32 %), puré de plátano (31,5 %) y pera (31 %). Tanto los zumos como los purés contienen azúcares libres, aunque en este último caso, al conservar la fibra, algunos autores científicos consideran que solo la mitad de sus azúcares son libres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en los alimentos infantiles no deberían incorporarse zumos de frutas y tiene reticencias sobre el uso de purés. Además, recomienda que los niños consuman alimentos de la misma consistencia que los adultos a partir de los 12 meses, solo evitando aquellos que puedan producir atragantamientos. No puede considerarse una alternativa a la fruta entera o en trozos.
🔎 Mucha fruta, pero poca fibra
Al ser un alimento elaborado básicamente con zumo y puré de fruta, tiene una cantidad baja de fibra (1,6 g /100 g alimento). La ingesta adecuada para niños de entre uno y tres años es de 19 g de fibra al día, por lo que su aporte diario para cubrir los requerimientos es pequeño. Parte de la fibra de la fruta se pierde en la elaboración de los zumos, por lo que consumiendo la misma cantidad de naranja, plátano y pera a partir de la fruta entera se obtendría casi el doble de fibra.
🔎 Un plus de vitamina C
La mayor parte de la vitamina C procede de las frutas, pero también se añade como ingrediente para alcanzar 25 mg por 100 g, que es el valor de referencia de nutrientes establecido en la legislación de alimentos infantiles, y así poder incluir esa alegación en el envase.
Se puede obtener esta cantidad de vitaminas a través de alimentos saludables: 16 g de pimiento rojo (la décima parte de un pimiento mediano), 23 g de brócoli, 60 g de fresas (equivale a cuatro fresas medianas) o 60 g de kiwi (una pieza pesa unos 100 g).
🔎 Sin “azúcares añadidos”, pero con mucho azúcar
Este producto puede indicar que no contiene “azúcares añadidos” porque no se han agregado azúcares simples (monosacáridos o disacáridos), ni ningún alimento utilizado por sus propiedades edulcorantes, como la miel. Sin embargo, sí debe indicar, como así se hace, que “contiene azúcares naturalmente presentes”, ya que aporta el azúcar que proviene de las frutas. En total, 10,7 g.
Como este azúcar procede de zumos y purés, se consideran azúcares libres. La OMS recomienda limitar el consumo diario de este tipo de azúcares a un máximo de 25 g. Con un solo envase se alcanza el 43 % de dicho valor máximo diario.
🔎 ¿De qué está compuesto el resto del producto?
Si el 94,5 % del producto es fruta, el 5,5 % restante es galleta. Está elaborada fundamentalmente con harina refinada, que supone aproximadamente 5,2 g por cada 100 g de alimento, aceite de girasol refinado, que aporta una mínima cantidad de grasas (0,3 g por 100 g de alimento), y aroma. La galleta aporta un tercio de las calorías del producto y no es un alimento interesante desde el punto de vista nutricional.
🔎 Destaca la ausencia de aceite de palma, pero…
El fabricante utiliza como reclamo la ausencia de aceite de palma, un ingrediente que tiene mala reputación entre los consumidores, con el objetivo de diferenciar su producto de la competencia. No incluir un ingrediente específico no modifica el valor nutricional de ningún alimento. Puesto que este tipo de aceite suele emplearse en alimentos que no son recomendables, su presencia puede alertarnos de que el alimento es poco saludable, pero su ausencia no garantiza que sea sano. En este producto, el único ingrediente que podría contener aceite de palma sería la galleta.
🔎 Un diseño atractivo para los niños
La inclusión de dibujos infantiles es un elemento de marketing para atraer la atención de los más pequeños. Según las recomendaciones de la OMS, este producto no podría publicitarse. Esta organización ha desarrollado una guía para orientar las restricciones que los gobiernos deberían aplicar al marketing de alimentos dirigidos a niños con el objetivo de reducir la presión de venta de alimentos insanos. Para esta categoría de alimentos se establece un límite máximo de 10 g de azúcares por cada 100 g de producto, y este producto contiene 10,7 g.
🔎 Sin puntuación Nutri-Score
La denominación legal de venta de este producto es “alimento infantil a partir de 12 meses”. Según las indicaciones de Nutri-Score, no debe aplicarse este etiquetado a los alimentos infantiles por estar destinados a una población con requerimientos especiales para los que Nutri-Score no está adaptado.
🔎 En conclusión…
Se trata de un alimento elaborado básicamente con zumo de frutas a partir de concentrado, puré de frutas y harina refinada. Por su presentación triturada, sus azúcares se consideran libres y no induce la masticación ni estimula la saciedad. Por el precio que cuesta cada bolsita de 100 g se puede comprar medio kilo de plátanos o 700 g de naranjas o peras, cuyo consumo entero es más recomendable que en zumo o puré y son igualmente cómodas de almacenar y transportar.