El verano llega con el calor. Es la época en la que gazpachos, zumos, cócteles, sopas y cremas frías ocupan la mayor parte de las mesas durante las comidas. Todos estos preparados veraniegos podrían ser aún más apetecibles si se dotaran de un toque divertido y original. Aromatizarlos y enfriarlos podría ser un buen recurso para conseguirlo, posible con algo tan sencillo de preparar como son los hielos de sabores y colores.
Un toque de color
Estos hielos se elaboran a base de colorantes alimenticios que se pueden adquirir en los establecimientos. A través de estos colorantes se consiguen unos colores espectaculares que sirven de gran ayuda para su creación. También se pueden utilizar colorantes naturales como pétalos de flores, pequeñas ramitas de romero, tomillo o tallos de cebollino.
Prepararlos es sencillo. Se trata sólo de agregar gotas del colorante escogido en el agua. Posteriormente se llena una cubitera con el líquido resultante y se introduce en el congelador para que tome consistencia.
Sabor de diseño
Los hielos también pueden elaborarse congelando, en diversas cubiteras, zumos concentrados de fresas, de frambuesa o de limón entre otros. Es conveniente que tengan un sabor potente, ya que deben aromatizar el refresco o sopa que se esté tomando.
Para dar color a los cubitos pueden usarse colorantes alimenticios, así como pétalos de flores, ramitas de romero, tomillo o tallos de cebollino
Por supuesto, también se pueden congelar gazpachos, purés de tomates, de remolacha o de zanahoria, ya sazonados y hasta con un toque de aceite de oliva virgen.
Es preferible servir estos hielos aparte del producto principal que se desee enfriar o aromatizar ya que, además de la sorpresa de la presentación, el comensal puede elegir consumir sólo el hielo mientras toma poco a poco el otro producto.
A menudo, las bebidas que se toman con hielo pierden el sabor a medida que éste se va derritiendo ya que, en el fondo, la bebida se está mezclando con agua. La fabricación de hielos con sabor evita que la bebida quede aguada. Así, si se toma un vaso de zumo de limón y el cubito se ha elaborado con el mismo, aunque el refresco se derrita, éste mantendrá en todo momento el sabor a limón.