Hipercolesterolemia o colesterol elevado en sangre

El colesterol es una sustancia necesaria, siendo un constituyente fundamental de las membranas de las células y de diferentes hormonas. Dado que se trata de una grasa, no es soluble en agua o soluciones acuosas, por lo que necesita ser transportado en la sangre en el interior de unas partículas denominadas lipoproteínas. En función del tipo de lipoproteína en la que viaje, el colesterol puede ser perjudicial (colesterol malo o LDL), protector (colesterol bueno o HDL) o indiferente (VLDL). Así, la Sociedad Española de Medicina Interna explica que cuando hablamos de colesterol, generalmente nos referimos al colesterol total, pero en realidad lo que nos interesa conocer es cuánto colesterol malo o bueno tenemos.

El colesterol es la suma de 3 tipos diferentes de colesterol (colesterol total = colesterol de LDL + colesterol de HDL + colesterol de VLDL):

• 👎 Colesterol-LDL (colesterol malo). Es el más peligroso; si está muy alto, tiende a depositarse en las paredes de las arterias formando placas de ateroma -arteriosclerosis- y favoreciendo el desarrollo de infartos e ictus.
• 👍 Colesterol-HDL (colesterol bueno). Cuanto más alto en sangre se encuentre, mayor es la protección frente al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
• 👎 Colesterol-VLDL. Es un colesterol malo, pero menos peligroso que el colesterol-LDL. 

Cuando hablamos de hipercolesterolemia estamos hablando de colesterol alto en sangre, en concreto, de colesterol malo (LDL). 

Existen diferentes características por las que podemos clasificar los tipos de hipercolesterolemia según su origen y según su causa. De acuerdo con esta clasificación, los tipos de hipercolesterolemia que existen según su causa son la hipercolesterolemia primaria y la secundaria.

• 👉 Hipercolesterolemia Primaria. Se trata de la hipercolesterolemia que no tiene una causa clara. Suele estar motivada por factores genéticos y alteraciones en el transporte del colesterol en la sangre, pero también por circunstancias ambientales como una dieta muy grasa o la falta de actividad física.
• 👉 Hipercolesterolemia Secundaria. Este tipo de hipercolesterolemia se explica porque los altos niveles de colesterol guardan relación con algunas enfermedades hepáticas o endocrinas.

Las tres más destacadas son las siguientes:

• Hipercolesterolemia familiar. Este tipo está ocasionado por una serie de mutaciones en el gen receptor de las lipoproteínas que transportan el colesterol. Las estimaciones apuntan que la hipercolesterolemia familiar puede llegar a afectar a una da cada 500 personas.
• Hipercolesterolemia poligénica. Está causada por factores genéticos y ambientales y se caracteriza porque suele dar lugar a enfermedades cardiovasculares.
• Hiperlipemia familiar combinada. No se sabe con seguridad si tiene un origen exclusivamente genético. Es un tipo de colesterol alto que responde a la pérdida de peso y a una dieta baja en grasas.

No hay una sola causa que provoque que nuestros niveles de colesterol se sitúen por encima de lo saludable provocando así la llamada hipercolesterolemia. Sin embargo, sí se sabe cuáles son los factores de riesgo que pueden provocarlo y que debemos controlar. Son los siguientes:

• 🥓 Alimentación. Los alimentos que contienen grasas saturadas favorecen que aumente el colesterol malo; por lo tanto, se debe evitar la comida precocinada, las salchichas, la carne roja, hamburguesas, pizzas, bollería industrial (por la inclusión de ingredientes como el aceite de palma y de coco), fiambres y encurtidos, entre otros como los mariscos, que algunos contribuyen más que otros a que aumente el colesterol malo. Por el contrario, hay otros alimentos, como el aceite de oliva y las aceitunas que actúan de protectores frente al colesterol malo.
• 🤒 Enfermedades. Hay patologías que conllevan una elevación de las cifras de colesterol en sangre, como el hipotiroidismo, el síndrome nefrótico, algunos trastornos hepáticos, la diabetes y la obesidad. Aunque no es una enfermedad, hay mujeres que experimentan durante la menopausia una elevación de los niveles de colesterol por las alteraciones hormonales.
• 💊 Fármacos: aunque algunos medicamentos se utilicen para una función determinada en el tratamiento de algunas enfermedades, pueden alterar paralelamente los niveles de colesterol, como es el caso de algunos fármacos específicos para el corazón, como los betabloqueantes, o los diuréticos.
• 👬 Genética. La hipercolesterolemia familiar es una alteración genética que conlleva una elevación muy por encima de los valores deseables en las cifras de colesterol. Existe, por tanto, mayor probabilidad de enfermedad cardiovascular entre los miembros de las familias con este trastorno. Por eso su detección lo antes posible es determinante para que se pueda controlar de la mejor forma posible.
• 👵 Edad.  El riesgo aumenta a medida que aumenta la edad; es mayor en los hombres a partir de los 50 años y en las mujeres a partir de los 55.

Este es, precisamente, uno de los principales síntomas de la hipercolesterolemia; es una enfermedad asintomática. El colesterol alto no ocasiona ningún síntoma, de ahí que aumente su peligrosidad. No obstante, hay pistas a las que debemos estar atentos como dificultades en el ritmo intestinal, dolor en el pecho, visión borrosa.

El médico determinará si una persona padece hipercolesterolemia una vez se haya realizado un análisis de sangre en ayunas en el que se midan los niveles de colesterol total, colesterol LDL (estimado o directo), colesterol HDL y triglicéridos.

La Fundación del Corazón explica que la hipercolesterolemia se puede prevenir siguiendo una serie de recomendaciones:

• Tratamiento dietético. Se recomienda que las grasas no superen el 30 % del total de la dieta, que aproximadamente el 10 % de las calorías procedan de las grasas saturadas, otro 10 % de las poliinsaturadas y un 10 % de las monoinsaturadas. En todo caso el colesterol debe ser inferior a 300 mg diarios. La Sociedad Española de Cardiología recomienda el seguimiento de la dieta mediterránea.  Por ello, hay que seguir una dieta equilibrada rica en legumbres, frutas y verduras, lejos de las grasas saturadas, controlando también la sal. La Guía Práctica de Alimentación de Eroski Consumer detalla los alimentos permitidos, aconsejados y limitados.
• Hacer deporte. Es fundamental hacer deporte de intensidad moderada y de forma regular por lo menos tres días a la semana y evitar el sedentarismo.
• Tratamiento farmacológico. El especialista determinará el tratamiento farmacológico a seguir, así como su duración.