❌ Es una variedad de miel
FALSO. La jalea real es una sustancia ácida, cremosa, de color blanco amarillento y con sabor amargo. La segregan las abejas obreras jóvenes y sirve de alimento para la abeja reina durante toda su vida y para todas las larvas hasta su tercer día.
En cambio, la miel es una sustancia fluida y viscosa, de sabor dulce y olor agradable, que fabrican las propias abejas a partir de sustancias producidas por las plantas y del néctar de las flores. Sirve para alimentar a las abejas obreras y a los zánganos de la colmena.
Pero la principal diferencia está en el valor nutricional.
- Aunque la composición puede variar dependiendo de la zona de recolección, la época o la edad de las larvas, en general, la jalea real está compuesta por agua (50-70 %), un 9-18 % de proteína, 7-18 % de azúcares, 3-8 % de grasas y 0,8-3 % de minerales. Además, aporta trazas de vitaminas, fenoles y aminoácidos.
- La miel se compone —dependiendo de la variedad de las flores— de azúcares (75-80 %), un 17,5 % de agua y un 0,4 % de proteína.
✅ Hay una ingesta máxima recomendada
VERDADERO. La cantidad recomendada de jalea real fresca o pura que se puede tomar al día es una porción del tamaño de un grano de arroz.
Para su venta como suplemento, los laboratorios añaden hidromiel (mezcla de agua y miel), agua destilada u otro diluyente, y después envasan el producto en ampollas bebibles o inyectables. En suplemento, solo es aconsejable tomar 500 mg diarios durante 15-20 días seguidos. No más.
✅ No todos pueden tomar jalea real
VERDADERO. No es aconsejable cuando se toman anticoagulantes como el acenocumarol (principio activo del Sintrom), y si se está tomando medicación para tratar la hipertensión, ya que podría interactuar con estos fármacos. Pero, sobre todo, deben tener mucho cuidado las personas que sufren la enfermedad de Addison, una patología de las glándulas suprarrenales que está relacionada con el sistema inmunitario. La jalea real afecta a esas glándulas, ya dañadas por la enfermedad, por lo que podría empeorar los síntomas.
✅ No se recomienda a los alérgicos al polen
VERDADERO. Las dos proteínas principales de la jalea real pueden producir cierta sensibilidad en personas alérgicas al polen, al igual que la miel y todos los productos producidos por las abejas. No es seguro que vaya a provocar en ellos una reacción, pero es mejor ser precavidos y consultar con el médico antes de tomarla. Igualmente, se han visto casos de reacciones alérgicas en personas con asma, rinitis o conjuntivitis alérgicas tras ingerir productos con jalea real.
❌ Tiene innumerables beneficios para la salud
FALSO. La jalea real se utiliza como suplemento dietético. Para su venta, se alega que es una sustancia antioxidante, antimicrobiana y antitumoral. También se dice de ella que protege al hígado de las sustancias tóxicas, estimula la respuesta inmune y elimina el colesterol de la sangre. Igualmente, se le atribuyen propiedades antienvejecimiento e, incluso, se dice que es capaz de reducir los síntomas de la menopausia.
Ninguna de estas afirmaciones está basada en evidencias reales. Así lo considera la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que prohibió en 2011 los reclamos que publicitaran cualquiera de estas propiedades, ya que “no hay evidencia científica de que así sea”. Además, según la EFSA, todos los beneficios que se le atribuyen pueden obtenerse con una dieta equilibrada.
❌ Las etiquetas de estos productos mienten
FALSO. Entonces, ¿por qué en los envases de jalea real se mencionan propiedades no demostradas? Esto es así porque muchos fabricantes añaden a estos productos otros compuestos que sí que están autorizados por la EFSA para hacer esas declaraciones de salud. Por ejemplo, algunos combinan jalea real con vitamina C, un micronutriente del que sí puede decirse que “contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario”.
❌ La jalea real estimula el apetito
FALSO. La pérdida de apetito puede deberse a una enfermedad, una infección o un trastorno o estado psicológico que debería ser tratada por un especialista. El mito de que estimula el apetito se remonta a hace unos años, cuando se creía que dando jalea real o miel a los niños pequeños que no comían mucho se les daba algo de energía.
Otras de las razones en las que muchos fabricantes se basan para recomendarlo es porque contiene vitamina B, que ayuda al cuerpo a obtener la energía de lo que comemos, es decir, que estimula el metabolismo. Lo cierto es que solo contiene trazas de vitamina B (menos del 0,8 %). Este nutriente se encuentra en mucha mayor cantidad en carnes, pescado, lácteos, huevos, verduras o frutos secos.
✅ La jalea real se estropea rápido
VERDADERO. Al estar compuesta mayoritariamente por agua, la jalea real pura se deteriora muy rápido, ya que es muy sensible a la luz del sol, el aire, la humedad y, principalmente, las altas temperaturas. Por ello, debe mantenerse refrigerada, a una temperatura de entre 0 °C y 4 °C, y envasada en recipientes de vidrio opacos y que estén cerrados herméticamente. La fecha de caducidad suele ser de 20 días.
Cuando se compra jalea liofilizada, es decir, que se ha sometido a una técnica en la que se extrae el agua y se concentran todos los nutrientes, se puede almacenar a temperatura ambiente sin problemas, asegurándonos de que esté bien cerrada y alejada de una fuente de calor directa. La liofilización impide que crezcan los microorganismos patógenos. También se conserva durante más tiempo si la jalea está mezclada con miel (en muchas ocasiones solo hay un 10 % de jalea y el resto es azúcar).
🐝 ¿Y si no fuera la jalea lo que las convierte en reinas?
La jalea real sigue siendo un misterio. Durante años se había creído que es el alimento milagroso capaz de convertir en reina a una larva normal. Es decir, que era la jalea real la que marcaba la diferencia en el desarrollo y longevidad del insecto, dotándolo de un aparato genital y fecundidad, mientras las abejas obreras, procediendo de huevos idénticos, cuentan con un aparato genital infantil y estéril. De ahí viene la enorme fama de la jalea como un producto capaz de curar casi todo.
Una investigación de la Universidad de Illinois (EE. UU.), publicada en 2015, señaló que lo que realmente hace a una abeja reina no es lo que come, sino lo que no come, sugiriendo que el hecho de no comer el polen y la miel que ingieren sus hermanas obreras es lo que las hace reinas. Es decir, que al no comer polen las reinas estarían “protegiendo sus ovarios de los posibles efectos tóxicos de las sustancias químicas de las plantas”.