l rábano pertenece a la familia de las Crucíferas. En ella se engloban 380 géneros y unas 3.000 especies propias de regiones templadas o frías del hemisferio norte. En las crucíferas también se incluyen verduras como las coles y los berros. La importancia de esta familia de hortalizas reside en que contienen unos compuestos de azufre, considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades. Se conoce la existencia de seis especies de rábano, pero tan sólo se cultiva el conocido con el nombre científico de Raphanus sativus.
Cómo conseguirlo y conservarlo
Han de seleccionarse rábanos de tamaño mediano porque su consistencia es menos fibrosa. Es preferible elegir ejemplares carnosos, firmes, de color rojo vivo y de piel suave, entera y sin fisuras. Si los rábanos conservan las hojas, éstas han de tener un color intenso que garantice su frescura. Las piezas muy grandes o blandas y las que presenten cuello amarillento han de ser rechazadas.
Para que los rábanos conserven sus cualidades durante el mayor tiempo posible, es aconsejable eliminar las partes verdes debido a que éstas aceleran su desecación. Una vez eliminadas, los rábanos han de guardarse en el frigorífico en bolsas de plástico perforadas. En estas condiciones se conservan hasta siete días. Se aconseja no lavarlos hasta el momento de su consumo.
Cómo prepararlo
El rábano presenta un agradable sabor con un ligero toque picante. En caso de que se prefieran sabores algo más suaves, la solución es muy sencilla. Basta con pelar los rábanos. Así se elimina su aceite esencial que se encuentra justo debajo de la piel y al que debe su sabor.
Los más suaves son los rábanos pequeños y alargados, de color rojo y blanco.
En general los rábanos se consumen crudos, acompañados de salsas o como aperitivo y aderezados con aceite, sal y pimienta.
Se pueden consumir rehogados o como ingrediente para elaborar salsas de sabor intenso como acompañamiento de carnes.
Es muy frecuente utilizar los rábanos en la preparación de ensaladas acompañados de diversos vegetales. De esta forma proporcionan un gusto y aroma muy especiales.
Las hojas de los rábanos también pueden ser consumidas cocinadas de forma similar a las espinacas o utilizarse en la elaboración de infusiones.