El boquerón, junto con la sardina y el jurel son los tres pescados azules más consumidos en nuestro país. La anchoa, como también se le conoce en el norte y centro de la península, es en realidad el producto obtenido tras el tratamiento en salazón del boquerón.
A finales de la primavera, y comienzos del verano, cuando el sol calienta la superficie de las aguas del mar, los bancos de boquerones ascienden a las capas más superficiales para alimentarse y reproducirse. Por ello, suele ser en junio cuando comienza la temporada de pesca de este delicioso pescado; cuando su carne es más grasa, más aromática y más sabrosa.
Saludable pescado azul
El boquerón es un pescado azul, es decir, un pescado graso. En concreto, aporta unos 6 g de grasa por cada 100 g de porción comestible. Las sardinas, el jurel, el atún o el salmón poseen un contenido graso superior. La grasa presente en los pescados azules es rica en ácidos grasos omega-3, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos plasmáticos, y además hacen más fluida la sangre lo que previene la formación de coágulos o trombos. Por este motivo, se recomienda el consumo habitual de boquerones a la población general, y particularmente en caso de trastornos cardiovasculares.
El boquerón es una de las especies más apreciadas para realizar conservas o semiconservas gracias a su intenso aroma y a la suavidad de su carne. No obstante, los boquerones se pueden consumir de muchas otras formas, y de todas maneras conservan su aroma y sabor propio. Resultan deliciosos rebozados con un aceite de oliva de calidad, fritos al ajillo, asados al horno o elaborados simplemente a la plancha y acompañados de una salsa vinagreta. Dado que su carne es más grasa no requieren la adición de mucha grasa para resultar sabrosos y jugosos. Y si se desea dar a los boquerones un toque de distinción, resultan un ingrediente perfecto para elaborar unos sabrosos canapés o una original y nutritiva pasta de boquerones o paté.