Esta planta de atractivas flores azules está ampliamente distribuida por Europa, Asia y África, donde es fácil encontrarla en los bordes de las carreteras y sitios con poca humedad. La parte más empleada en fitoterapia es la raíz, que se utiliza para hacer infusiones y las hojas tiernas se pueden incluir en las ensaladas. La achicoria fue en los tiempos de escasez un agradable sustituto del café, debido sobre todo a su menor coste económico. Para elaborar este sucedáneo se recolecta la raíz, se deja secar y posteriormente se tuesta y se reduce a polvo, obteniendo un producto de aroma suave y con la ventaja de que no contiene cafeína.
Principios activos: La achicoria contiene en su composición sustancias amargas como la intibina y la lactulopicrina, una cantidad importante de inulina (hidrato de carbono), y también taninos, ácido clorogénico e isoclorogénico.
Propiedades e indicaciones: La inulina le confiere una acción ligeramente aperitiva que puede ser beneficiosa en caso de pérdida de apetito o anorexia si se toma antes de las comidas. Las sustancias amargas tienen la propiedad de aumentar la producción de bilis y favorecer su evacuación de la vesícula biliar (efecto colerético y colagogo), por lo que resulta adecuada para consumir en caso de dispepsia o malas digestiones y disfunciones del hígado y la vesícula biliar. Tiene un suave efecto diurético que puede ser útil para las personas que padecen hipertensión, gota o artritis y como complemento en las dietas de adelgazamiento.
Contraindicaciones: No debe tomarse achicoria en caso de hipersensibilidad alérgica a la planta, y si se padecen cálculos biliares es conveniente consultar con el médico antes de consumirla. No se ha descrito toxicidad en las dosis habituales y como efectos secundarios pueden aparecer reacciones alérgicas cutáneas en las personas hipersensibles a esta planta.
Presentación y posología: La achicoria se puede tomar en forma de infusión y otras preparaciones para uso interno elaboradas con la raíz desecada y triturada. La dosis recomendada es de 30 g por litro de agua y se aconsejan de 2 a 3 tazas diarias, tomadas antes de las comidas para abrir el apetito y después como remedio digestivo.