En la elaboración de una carne o un pescado, en cualquier plato de verduras o en unas consistentes legumbres, la historia y gastronomía de Aragón dota a sus recetas de un toque genuino de la cocina de tradición.
Tierra de alimentos de calidad
La huerta aragonesa puede presumir de ser una de las más ricas y variadas de toda la geografía española. Está repleta de productos que convierten a los platos en todo un festín de colores, sabores, texturas y aromas. Las alcachofas, las borrajas y los cardos son algunas de las verduras protagonistas de los innumerables platos de verdura que se pueden degustar en esta tierra. Sin olvidar sus sabrosas ensaladas elaboradas con tomate, cebolla, lechuga, pepino y cualquier hortaliza que se pueda imaginar.
Las legumbres son indispensables en los días de frío y su variedad y calidad invita a probarlas. Uno de los ejemplos son los boliches de Embún, una variedad de alubia blanca propia de esta localidad oscense que se acompañan de diferentes hortalizas, morro de cerdo, aceite de oliva y laurel. También merecen ser mencionados los bisaltos a la casera, un tipo de guisante que se toma junto con su vaina. Sin embargo, la elección no es tan sencilla pues cualquier plato de legumbre aragonesa posee un sabor especial.
Carne o pescado, una difícil elección
La carne, principalmente la caza, y el pescado, son los platos fuertes de la cocina aragonesa. El conejo es uno de sus ingredientes más habituales, por lo que el número de recetas en las que participa este alimento es interminable. Entre ellas, el conejo en salmorejo elaborado con hortalizas y hierbas aromáticas y servido junto con arroz o patatas, destaca tanto por su sabor como por sus cientos de años de historia en la gastronomía aragonesa. El ternasco de Aragón es otro de los platos de carne que no pueden faltar en la mesa. Esta carne tierna de corderos jóvenes se cocina de múltiples modos, con setas, asado, en salsa…, y el resultado es en cualquier caso un bocado de categoría.
Para quienes prefieran degustar un plato de pescado, es importante saber que la trucha, el congrio y el bacalao, son los más abundantes y que los modos de preparación son tan variados que resulta difícil que alguna de las recetas no resulten de su agrado. Las truchas a la molinera, fritas con aceite o manteca, el congrio con huevos, y por supuesto el afamado bacalao al ajoarriero, son algunas de las especialidades de esta cocina.
Dulces para todos los gustos
En cada municipio de Aragón se puede encontrar un postre o dulce típico del lugar, por lo que no resulta difícil volver del viaje con la maleta repleta. Los guirlaches de Zaragoza, las tortas de Ayerbe, las castañas de Huesca elaboradas con mazapán, o la trenza de hojaldre de Almudévar son sólo algunos ejemplos. En esta extensa lista no pueden faltar las frutas de Aragón, cocidas en jarabe o maceradas en licor y recubiertas de manteca de cacao, los roscones de San Valero, patrón de Zaragoza, o los típicos caramelos del Pilar.
Todo un repertorio de alimentos y platos que acompañarán al visitante en su viaje por Aragón, ayudándole a conocer y degustar parte de la cultura de esta región.