La cocina tradicional holandesa se puede considerar una cocina de invierno, ya que presenta todo tipo de estofados, además de sopas a base de salchichas, panceta… Cabe destacar que, además de su gastronomía tradicional, Holanda posee un extenso abanico de exquisitos platos indonesios. Este gusto de los holandeses por la cocina de Indonesia, es algo que ha perdurado desde el antiguo imperio colonial. Dentro de los platos que ofrece esta cocina, no se puede dejar de probar el «rijsttafel», elaborado a base de arroz que se sirve en decenas de platos diferentes y se acompaña de alimentos tan variados como legumbres estofadas, hortalizas con leche de coco, trozos de carne y ave, pescado, plátano y diferentes salsas.
Desayuno, comida y cena
El desayuno es la comida que menos problemas presenta para los turistas, ya que incluye casi cualquier tipo de alimento, por lo que no es difícil que alguno sea de nuestro agrado. La oferta incluye desde la típica combinación de zumo de naranja, té o café y bollería, hasta desayunos a base de alimentos salados, así como tazones de chocolate caliente con nata batida, un dulce desayuno que recibe el nombre de «slagroom».
La comida del mediodía es bastante ligera, ya que para los holandeses la comida principal es la cena. Esto se debe en muchos casos a que el descanso que tiene lugar durante la jornada de trabajo se aprovecha para comer, aunque lo que realmente se hace es tomar un pequeño bocadillo o sándwich para perder el menor tiempo posible. No obstante los turistas pueden acudir a cualquier «eetcafe» donde poder degustar diferentes tentempiés como patatas fritas con mayonesa, croquetas de carne, sandwiches, los populares «pannekoeken», crepes rellenos de cualquier tipo de alimento, exquisitos «saucijzenbroodje», unos ricos pasteles rellenos de carne, así como originales galletas de jengibre y chocolate.
La cena, al ser la comida más importante del día tiene lugar a última hora de la tarde, concretamente de seis a ocho, por lo que si se acude a un restaurante más tarde de las diez es más que probable quedarse sin cenar. Éste es el momento del día en el que se puede disfrutar plenamente de la más típica gastronomía holandesa por lo que no puede faltar en la mesa cualquier tipo de plato a base de verduras, alimentos muy apreciados por los holandeses, como el «hutspot » un guiso acompañado de diferentes clases de hortalizas o el «boerenkool «, elaborado a base de coles cocidas. Si se prefiere se puede degustar el «erwten soep», una deliciosa sopa de guisantes pelados, patatas, manos de cerdo, salchichas y pimienta, que normalmente se sirve con rebanadas de pan. Los platos de pescado son indispensables si se quiere conocer la gastronomía holandesa. Entre los más tradicionales destacan la anguila, el arenque y el salmón ahumados. Además resultan realmente apetecibles los «mosselen», mejillones fritos en mantequilla, o las «gamalen», nombre con el que se conoce a las gambas en salsa.
Quesos y bebidas
Los quesos son uno de los productos más tradicionales y valorados dentro de la cultura gastronómica holandesa. Entre ellos destacan el Gouda, de sabor suave y textura cremosa, y el Edam, el típico queso de bola fácilmente reconocible por su original forma redondeada y el llamativo color rojo de su envoltura.
Las cervezas y ginebras son algunas de las bebidas alcohólicas más consumidas. En cuanto a la cerveza, conviene saber que si se quiere tomar una caña habrá que pedir una «pils», mientras que si se prefiere una jarra lo que debe pedirse es una «vaas». Dentro de las ginebras que pueden degustarse en este país, es frecuente hacer una distinción entre las jóvenes y las añejas, si bien una de las más populares es la «Bols», un tipo de ginebra envasada en botellas de cerámica que por lo general van perfumadas, todo un lujo.