La mayor parte de los platos típicos irlandeses están elaborados con alimentos sencillos y de gran calidad como verduras, carne, mantequilla, pescados y patata, considerada ésta última como el alimento básico de su alimentación.
El desayuno irlandés se caracteriza por ser fuerte y consistente, a base de huevos, bacon, salchichas, fruta, cereales, pastel de patata, tomate, pan y té. Este tipo de platos puede consumirse en la mayoría de los locales de Irlanda a cualquier hora del día. Sin embargo, pese a la contundencia del desayuno, la cena es para los habitantes de este país la comida más importante del día.
Pescados y mariscos de calidad Existen incontables platos elaborados con diferentes mariscos y preparados de un modo muy sencillo como es el caso de las ostras frescas, que se sirven simplemente sobre hielo. Las ostras de Galway son las más populares, de hecho, en esta localidad existe un festival cuyo epicentro es la degustación de este marisco.
Las gambas de la bahía de Dublín también son muy consumidas, así como la langosta y los mejillones. Estos últimos se utilizan para preparar una sopa que también incluye verduras y crema de pescado.
Los langostinos a la dublinesa son, gracias a su nombre, uno de los platos más consumidos por los turistas. Para prepararlos, se pasan los langostinos por harina, huevo, leche y cerveza. A continuación se fríen, y se consigue con esta mezcla de ingredientes un sabor particular muy agradable.
En cuanto a los pescados, el salmón y el rodaballo son los más típicos. El salmón por lo general se consume ahumado sin ningún tipo de acompañamiento para poder disfrutar plenamente de su sabor, mientras que el rodaballo es común encontrarlo acompañado de salsa «Noilly Prat», elaborada con un vermút marsellés muy seco, al que la salsa debe su nombre.
La carne irlandesa La carne de Irlanda posee un excelente sabor gracias a los pastos en los que se alimenta el ganado. El jamón asado al horno con clavos y azúcar, el estofado de ternera con cerveza, el cerdo asado con miel, las chuletas de cordero con crema de menta o el faisán relleno de castañas son algunos de los platos con más tradición.
Pero es el «Guisado Irlandés», el que se puede considerar el plato nacional. Está elaborado con carne de cordero estofada, patatas y verduras. Junto a este plato, se encuentra el popular «Bacon and Cabagge» preparado con codillo de jamón y col, y que también forma parte de la cocina irlandesa más tradicional.
La importancia del pan y las patatas Tanto las patatas como el popular «pan de soda», elaborado con bicarbonato, sirven como perfecto acompañamiento para cualquier plato tanto de carne como de pescado. Además, las patatas son el principal ingrediente de otra de las recetas representativas del país, el «colcannon», un puré elaborado con patatas, que se acompaña de col, cebolla, leche y mantequilla.
El final de la comida El mejor modo de finalizar una característica comida o cena irlandesa es optar por uno de sus postres. Las fresas con crema y miel son muy consumidas en verano, mientras que otras especialidades como el pudding de queso, las galletas de avena o la tarta de manzana se pueden degustar durante todo el año.
Pero si lo que se desea es disfrutar del sabor de una pinta de cerveza, nada mejor que acudir a uno de los genuinos bares irlandeses (desde el pasado año, está prohibido fumar) en los que músicos aficionados amenizan la noche con música popular celta. Y si el turista se encuentra en Irlanda el 17 de marzo, tendrá la suerte de poder vivir la fiesta de San Patricio, día en el que las calles se llenan de músicos, desfiles, cerveza y comida típica irlandesa.