El consumo de una porción de arándanos a la semana reduce la posibilidad de sufrir hipertensión en un 10%, tal como demuestra un estudio realizado por la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y la Universidad de Harvard (Estados Unidos). Las antocianinas, unos compuestos bioactivos presentes en los arándanos, protegen contra este trastorno, concluye la investigación, que se publica en «American Journal of Clinical Nutrition».
Las antocianinas, que pertenecen a la familia de los flavonoides, se encuentran también en grandes cantidades en las grosellas negras, las frambuesas, las berenjenas y la sandía. Además, los flavonoides están presentes, aunque en menos cantidad, en numerosos tipos de fruta, vegetales, granos y hierbas. Hasta el momento, se sabía que los flavonoides presentes en el té, el zumo de frutas, el vino rojo y el chocolate negro reducen el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
«Nuestros hallazgos son emocionantes y sugieren que la ingesta adecuada de antocianinas podría contribuir a la prevención de la hipertensión», afirma el autor principal del estudio y profesor del departamento de Nutrición de la Universidad East Anglia, Aedin Cassidy.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos han tomado en cuenta los estudios cohorte sobre la salud de las enfermeras y la salud de los profesionales sanitarios realizados durante un periodo de 14 años. De ellos, han analizado la dieta de 134.000 mujeres y 47.000 hombres.