Una ingesta en exceso de ácidos grasos Omega 3 puede llegar a ser perjudicial, según advierte el director del grupo de investigación Bioquímica y Metabolismo Perinatal de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, el doctor Luis Herrera. Si bien en cantidades normales son beneficiosos para la salud, pueden producir «estrés oxidativo y llegan a inhibir la formación de otros ácidos grasos a partir de los esenciales, los cuales son también necesarios para un adecuado desarrollo fetal», apunta.
Estas conclusiones son de relevancia para este equipo de investigación, ya que la alimentación durante el embarazo «determina el desarrollo del bebé». A su juicio, la nutrición durante las primeras semanas de gestación «es crítica para el feto». En este sentido, explican que una carencia de grasas esenciales o el consumo de alcohol durante esta etapa «podría traer consecuencias, tanto a largo como a corto plazo, y repercutir en la edad adulta del bebé».
En un estudio en el que se han empleado animales principalmente se ha analizado la mayor o menor predisposición a desarrollar las patologías actualmente más frecuentes en la población adulta, como son «la diabetes, la obesidad o las enfermedades cardiovasculares», señalan. La conclusión más importante para los científicos es que los ácidos grados Omega 3 se acumulan en el tejido adiposo de la madre durante la primera mitad del embarazo. Más tarde, durante la última fase de la gestación y la lactancia, los ácidos se movilizan a la sangre, por lo que el bebé los recibe en su alimentación.
Tras analizar los resultados realizados en ratas, el grupo de trabajo dirigido por el doctor Herrera asegura que es necesaria la ingesta de una pequeña cantidad de ácidos grasos Omega 3 durante la gestación y la lactancia para un adecuado desarrollo fetal y postnatal, pero recuerda sus efectos perjudiciales si se consumen en exceso. Asegura a este respecto que se puede producir una deficiencia de ácido araquidónico, fundamental para el crecimiento fetal y postnatal, con el exceso de Omega 3 en el organismo. Además, considera que es probable que se llegue a una resistencia insulínica y consecuente diabetes en el adulto si los niveles de ácidos no son estables.
A partir de estos resultados, el grupo de investigación de la Universidad CEU San Pablo pretende llamar la atención sobre la dieta y, sobre todo, sobre la importancia de sus componentes grasos. «Resulta fundamental mantener una alimentación apropiada tanto en cantidad como en su composición durante la gestación», concluyen.