La manzana es una de las frutas de mayor consumo en nuestro entorno. No siempre la consumimos tal cual, es decir, cruda, pelada o sin pelar, sino que a veces la troceamos para ensaladas o la asamos para postres, para ello debemos tener en cuenta una serie de trucos:
Manzana hueca
La mejor manera de vaciar, y trocear una manzana es utilizar una cucharilla llamada «sacabolas» lo que nos permitirá que guarde una forma regular redondeada para añadir a una ensalada o a una macedonia en vez del corte en cuadradito que queda más irregular.
Al pelarla o sacarla con el sacabolas se oscurece pronto. Para evitar esto, frótela con un limón partido por la mitad y pélela en el último momento posible.
Manzana con piel
Si vamos a utilizar la manzana sin pelar convendrá no olvidar lavarla con agua a la que añadiremos un chorrito de limón.
Manzana asada
Si va a preparar manzanas asadas, lo mejor es hacer una incisión alrededor de la manzana en toda su circunferencia. Esta incisión no debe ser demasiado profunda y la haremos con la punta de un cuchillo y en la parte superior de la manzana. De esta manera evitaremos que durante el asado reviente por efecto del calor interior y se rompa durante la cocción.
Manzana en compota
Si queremos hacer una compota de manzana y deseamos mejorar su sabor añadiremos a la cocción de manzanas con azúcar, un poco de agua y una ramita de canela o de vainilla y la peladura de medio limón.